PsicoEducativa: reflexiones y propuestas

Vol. 5, Núm. 8, 2018


Estrategias de afrontamiento en adolescentes que viven violencia intrafamiliar

Osiris Yamillet Aquino Hernández (*) arcal_may10@hotmail.com
Ayin Chimil Bautista (*) ayinbau@gmail.com
Yesenia Edith García Suárez (*) yesenia3c@gmail.com
Claudia Martínez Montecillo (*) claudiamarmon07@gmail.com

*Estudiante de la carrera de Psicología de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala, UNAM

Cómo citar este texto: Aquino, O. Y., Chimil, A., García, Y. E. y Martínez, C. (2018). Estrategias de afrontamiento en adolescentes que viven violencia intrafamiliar. PsicoEducativa: reflexiones y propuestas, 5 (8), 25-33.

RESUMEN

La violencia doméstica es un problema importante para aquellos que la sufren, es necesario un apoyo amplio de toda la sociedad hacia lo más vulnerables, como lo son mujeres, niños, adolescentes y adultos mayores. El objetivo de esta investigación fue identificar la relación que existe entre las habilidades de afrontamiento y la violencia intrafamiliar en adolescentes para posteriormente desarrollar e implementar dinámicas en adolescentes. Se trabajó con una muestra de 35 adolescentes de una secundaria, utilizando una Encuesta sobre Violencia Intrafamiliar (INEGI), UBA: Inventario de Respuestas de Afrontamiento para Jóvenes y ACS: Escala de Afrontamiento para Adolescentes. Los resultados muestran que hay una diferencia notable entre los adolescentes que presentan violencia intrafamiliar y los que no, en cuanto a las distintas habilidades que poseen, es decir, los participantes que no se encuentran en situaciones de violencia intrafamiliar tienen desarrolladas más habilidades que los que sí se encuentran.

Palabras clave: Adolescencia, violencia intrafamiliar, habilidades de afrontamiento, resiliencia, dinámicas.

ABSTRACT

Domestic violence is a major problem for those who suffer it, it is necessary a broad life support for the most vulnerable people, such as women, children, adolescents and seniors. The objective of this research was to identify the relationship between coping skills and intrafamily violence in adolescents to later develop and implement dynamics in adolescents. We worked with a sample of 35 adolescents from a secondary school, using a Survey on Domestic Violence (INEGI), UBA: Inventory of Coping Responses for Youth and ACS: Coping Scale for Adolescents. The results show that there is a notable difference between adolescents who have intrafamily violence and those who do not, in terms of the different skills they have, that is, participants who are not in situations of intrafamily violence have developed more skills than those who yes they are.

Keywords: Adolescence, intrafamily violence, coping skills, resilience, dynamic.

1. INTRODUCCIÓN

Problemática general

Los jóvenes actualmente viven en una sociedad rodeada de mucha violencia con la que tiene contacto de manera directa o indirectamente cada día, esto puede ser desde ver en las noticias cómo se ha bombardeado una ciudad y cuántos muertos hubo o haber estado en algún lugar mientras se cometía un crimen, o bien la violencia que puedan observar o vivir en el ámbito escolar, hasta puede darse en el contexto más íntimo que es el familiar. Sin embargo si se tiene un ambiente seguro donde el adolescente pueda desarrollarse, todas estas avenencias podrán ser en cierto modo amortiguadas. En el caso contrario los chicos que vivan en un lugar caótico, en una comunidad fragmentada, una familia disfuncional, presentarán consecuencias adversas a nivel cognitivo, conductual, social y fisiológico.

Es por esto que el contexto familiar tiene un gran peso en cuanto las significaciones que le dé una persona a las situaciones que vive en su entorno, debido al contacto cercano que tiene con la persona a lo largo de toda su vida.

La familia es un conjunto de personas de la misma sangre con un sistema de relaciones entre los integrantes. Tirado, Martínez, Covarrubias, López, Quesada, Olmos y Díaz (2010) mencionan que constituye un grupo natural de individuos que están unidos por relaciones tanto biológicas, como sociales y psicológicas, por lo que cumplen algunas funciones principales, como la afectividad, la asistencia, la procreación y la socioeducación.

Es necesario tener en cuenta que es difícil tener una definición universal de lo que es la familia, debido a la variedad de formas de organización familiar. Saavedra (2005 citado en Tirado, et al., 2010) diferencia cinco tipos de familia, la primera de ellas es la nuclear o elemental, considerada como la unidad básica constituida por padre, madre e hijos, en segundo lugar, está la extensa o consanguínea, constituida por más de una unidad nuclear, en tercer lugar, se encuentra la familia monoparental, es decir, existe uno de los padres y los hijos, en cuarto lugar, está la madre soltera, y por último, los padres separados.

Lo anterior, sugiere que en cualquier tipo de familia existen relaciones entre sus miembros y que varían según su configuración; el apego, tal y como lo sugiere Bowlby (1997 citado en Tirado, et al., 2010), favorece que un individuo alcance o conserve estas relaciones afectivas con respecto a otro, principalmente entre madre e hijo, lo que será en un futuro un buen predictor de la habilidad, conocimiento y motivación de los niños.

Sin embargo, esto puede generar una correspondencia de afecto y/o pertenencia mal entendida, provocando comportamientos inapropiados, como la agresividad, que se puede dar física, verbal y actitudinalmente, y esto parece ser un problema grave que se manifiesta desde la familia y puede ser generalizada a otros ámbitos.

Problemática específica

Dentro de este marco, Alonso y Castellanos (2006) mencionan que la cultura convierte la agresividad en violencia, entendiéndola como cualquier acción (o inacción) que tiene la finalidad de causar un daño (físico o no) a otro ser humano, sin que haya beneficio para la eficacia biológica propia. Almenares, Louro y Ortiz (1999) dicen que, para el caso de la familia, como célula fundamental de la sociedad, no se encuentra exenta de la práctica de violencia, considerando, específicamente a la violencia intrafamiliar, como una forma de violencia social entendida como la acción u omisión cometida en el seno de la familia por uno o varios de sus miembros que de forma permanente ocasione daño físico, psicológico o sexual a otros de sus miembros, que menoscabe su integridad y cause un serio daño a su personalidad y/o a la estabilidad familia.

Devaney (2015) hace referencia a que las formas más frecuentes de violencia doméstica son el abuso psicológico y emocional, que a menudo son imposibles de medir y difíciles de probar. Las tácticas de control pueden ser tan artificiales que la víctima puede llegar a creer que el comportamiento del perpetrador es el resultado de las fallas de la víctima. En el extremo del continuum, el homicidio doméstico representa aproximadamente uno de cada cuatro asesinatos, homicidios e intentos de homicidio.

Por su parte, González, Ponce, Landgrave, Baillet, Mungía y Jáuregui (2013) mencionan que dentro de la familia comúnmente se da la violencia física, psicológica, sexual, además de abuso económico y dominio.

Machado, Rodrigues, Vilela, Simões, Morais y Rocha (2014) reconocen que la violencia intrafamiliar afecta a una gran parte de la población, principalmente niños, mujeres y ancianos, teniendo importantes repercusiones en su salud, ya que impacta en el desarrollo social y psicológico de cada individuo, repercutiendo en la calidad de vida de las familias. Por lo tanto, es un problema de salud pública relevante y un desafío para los diferentes sectores del gobierno, la sociedad civil, la comunidad y las organizaciones no gubernamentales para describir estrategias, apoyar, escuchar y guiar a las familias involucradas en contextos violentos.

Amar, Kotliarenko y Abello (2003), mencionan que el hecho de que los niños tengan que soportar la violencia de la familia se encuentra arraigado en la tradición formativa y pedagógica de la cultura. Los niños no sólo tienen que superar el evento de ser espectadores de conflictos violentos entre sus padres, sino que además tienen que aprender a sobrevivir al maltrato que éstos les dan.

Propósito

El objetivo de esta investigación fue identificar la relación que existe entre las habilidades de afrontamiento y la violencia intrafamiliar en adolescentes, remarcando la importancia y el cómo poder desarrollar e implementar dinámicas que impliquen habilidades de afrontamiento en poblaciones vulnerables de adolescentes.

2. MARCO CONCEPTUAL

Perspectiva

Particularmente, en el caso de los niños, Moylan, Herrenkohl, Sousa, Tajima, Heenkohl y Russo (2010) recopilaron diversos estudios que han demostrado que los niños que expuestos a la violencia doméstica y/o el abuso infantil tienen más probabilidades de experimentar resultados psicosociales y conductuales adversos, postulando así, a lo que estos autores denominaron un "doble golpe" o efecto de doble exposición, el cual menciona que los niños expuestos tanto al abuso infantil como a la violencia doméstica tienen peores resultados que los expuestos a una forma de violencia en particular.

Relacionado con lo anterior, es importante que se considere que los efectos de ser abusado persisten en la adolescencia, ya que se tienen más probabilidades de experimentar depresión y otros problemas de internalización, así como también tienen más probabilidades de exhibir problemas de conducta externalizantes, como la delincuencia y la perpetración de violencia.

Margolin y Gordis (2004) reconocen que la violencia es un problema de salud pública, ya que fuente principal de lesiones, la violencia provoca daños graves en aspectos como el funcionamiento cognitivo, conductual, social y emocional. La relevancia de lo anterior, se encuentra en que la interrupción en estos aspectos puede afectar la progresión y el desarrollo adecuado de los niños a través de procesos evolutivos, y la naturaleza de este impacto depende de tiempo, tipo y cronicidad de la exposición a la violencia

Reconocer a la violencia intrafamiliar como un importante problema de salud pública, implica resaltar el aspecto de la naturalización de la relación permeada por la violencia, que hace que los adolescentes la perciban como algo común, lo que dificulta identificarse como víctima (Magalhães, Gomes, Mota, Campos, Camargo y Andrade,2017), provocando que la sociedad en las últimas décadas cree programas de Salud del Adolescente para promover la salud integral, por medio de políticas públicas contra los malos tratos, donde los profesionales de la educación y de la salud son fundamentales para la identificación del problema en adolescentes.

Suárez y Menke (2004) señalan que la exposición constante de los jóvenes a la violencia familiar desde temprana edad tiene alcances devastadores en el desarrollo cognitivo, afectivo y de relación haciéndolos susceptibles a presentar síntomas que van desde dolores de cabeza o estómago, problemas de sueño, estrés y angustia hasta estados depresivos, psicóticos, presentando bajo rendimiento escolar, teniendo problemas de conducta y adicciones. Así mismo, Patró y Limiñana (2005) añaden dentro de las consecuencias psicológicas se encuentra la inhibición, miedo, menor competencia social y ansiedad. Además de las consecuencias directas, varios estudios encuentran que los hijos repiten los patrones de violencia vividos en sus hogares. Los padres actúan como modelos de comportamientos violentos que los hijos observan y luego imitan. Por su parte Fantuzzo y Ummel (1989) señalaron de manera general la relación que existe entre los niños que observan violencia conyugal y problemas en su comportamiento, estos pueden darse tanto en el hogar como en la escuela. Respecto al hogar, encontraron que los niños que viven situaciones de violencia peleaban frecuentemente con sus hermanos.

Si bien existe un consenso de que la violencia en general genera violencia, también se ha encontrado que los jóvenes con una historia de victimización son más propensos a comprometerse en una variedad de comportamientos riesgosos, tales como el abuso de alcohol y drogas cuando estos han sido maltratados por sus progenitores. El rechazo de los padres hacia los hijos y la violencia contra ellos se asocian con un mayor uso de alcohol.

Por lo que resulta importante la creación de habilidades que ayuden a los jóvenes a sobrellevar las situaciones de violencia familiar y de esta manera prevenir los riesgos que estas conllevan. El afrontamiento es una respuesta a los factores estresantes de la vida y las perturbaciones cotidianas que se encuentran comúnmente en la población general. Tomando en cuenta que él afrontamiento se deriva de las interacciones de las personas con y en las múltiples circunstancias de su vida en los contextos socioculturales (Macías, Madariaga., Valle Amarís y Zambrano, 2013). De igual manera, Patró y Limiñana (2005) señalan que hay aspectos importantes que deben ser tratados en cualquier programa de intervención con los niños y adolescentes en situaciones de violencia: en primer lugar, se debe intervenir en el ámbito conductual con la creación de rutinas y ambientes estables, así como la participación del niño en actividades que puedan proporcionarle algún sentido de control. Además de esto, elaborar planes de protección frente a posibles situaciones de riesgo familiar.

Lettiere y Spanó (2011) señalan que las estrategias utilizadas para ofrecer resistencia y que se construyen en su rutina diaria son en realidad estrategias de empoderamiento, es decir, contribuyen a que las relaciones entre hombres y mujeres estén acompañadas por una transformación en el lenguaje, reflejando nuevas construcciones del imaginario social. Para hacer frente a este problema, las víctimas toman caminos que implican la interacción de procesos intrapsicológicos y sociales, como relaciones familiares e institucionales, que pueden ser relaciones de riesgo o protección contra la violencia.

El problema de la violencia doméstica no es infrecuente. Sin embargo, presenta un conjunto especial de circunstancias dentro de las cuales tiene lugar el enfrentamiento. Waldrop y Resick (2004) mencionan que dada la importancia del contexto en la selección de estrategias de afrontamiento es importante considerar qué factores pueden estar asociados con cómo las personas eligen lidiar con el abuso y sus efectos perjudiciales, ya que las estrategias de afrontamiento incluyen una amplia diversidad de pensamientos y comportamientos utilizados para gestionar las demandas de una situación impositiva.

Causas del problema

En cualquier tipo de familia existen relaciones entre sus miembros y que varían según su configuración; el apego, tal y como lo sugiere Bowlby (1997 citado en Tirado, et al., 2010), favorece que un individuo alcance o conserve estas relaciones afectivas con respecto a otro, principalmente entre madre e hijo, lo que será en un futuro un buen predictor de la habilidad, conocimiento y motivación de los niños.

Sin embargo, esto puede generar una correspondencia de afecto y/o pertenencia mal entendida, provocando comportamientos inapropiados, como la agresividad, que se puede dar física, verbal y actitudinalmente, y esto parece ser un problema grave que se manifiesta desde la familia y puede ser generalizada a otros ámbitos. Es decir, la violencia es una parte intrínseca de la vida social y, como su producto, está vinculada a los resultados de las relaciones de poder y los conflictos (Machado, Rodrigues, Vilela, Simões, Morais y Rocha, 2014).

También la violencia intrafamiliar comúnmente se da al confundirla con patrones de disciplina, pero también existen factores que propician la aparición de conductas violentas como la carencia de recursos (económicos, habitacionales, laborales, sociales, etcétera) y las dificultades emocionales (empatía, frialdad emotiva, problemas de identidad y autoestima), también proponen el “ciclo de la violencia” como factor relacionados con la ocurrencia del maltrato infantil y de la violencia conyugal (Alonso y Castellanos, 2006),

Además, Gonzáles, Ponce, Landgrave, Baillet, Munguía y Jáuregui (2013) proponen el “ciclo de la violencia” como factor relacionados con la ocurrencia del maltrato infantil y de la violencia conyugal, ya que podría existir el riesgo de una transmisión generacional de estas conductas.

Se considera que las causas de este fenómeno son múltiples, pero Machado, Rodrigues, Vilela, Simões, Morais y Rocha (2014) identifican la violencia intrafamiliar como la que ocurre únicamente en el entorno familiar, protegida por las cuatro paredes del hogar, debido al dominio masculino de las mujeres y el abandono o maltrato de niños y ancianos, así como algunos determinantes sociales dentro del contexto sociocultural y económico de los involucrados.

Otro aspecto importante a resaltar es la naturalización de la relación permeada por la violencia, que hace que los adolescentes, o cualquier víctima, la perciban como algo común y esperada, lo que dificulta identificarse como víctima, lo anterior reconoce a la violencia intrafamiliar como un importante problema social, y de salud (Magalhães, Gomes, Mota, Campos, Camargo y Andrade, 2017).

3. MÉTODO

Pregunta de investigación

Con base en la información recabada, da pie a formular la siguiente pregunta: ¿Existe relación entre el empleo de habilidades de afrontamiento y la violencia familiar en adolescentes? En caso de ser así, ¿cómo se expresa?

Hipótesis de Trabajo

-Si se cuenta con habilidades de afrontamiento entonces habrá una disminución en la violencia familiar.

- Si se establecen redes de apoyo efectivas entonces habrá un mejor desarrollo de habilidades de afrontamiento en situaciones de violencia familiar.

Procedimiento

Factores de incidencia o variables (actividad creativa):

Características de la violencia intrafamiliar:

Variable Dependiente: Violencia física, psicológica, sexual, económica

Variable Independiente: Habilidades de afrontamiento

Factores de incidencia o variables

Selección de la muestra

Se contará con un grupo de tercer grado de secundaria, con 35 adolescentes de entre 14 y 15 años de edad, con un nivel socioeconómico medio.

Instrumentos de observación

- Encuesta sobre Violencia Intrafamiliar 1999 (INEGI)

- UBA: Inventario de Respuestas de Afrontamiento para Jóvenes

- ACS: Escalas de Afrontamiento para Adolescentes

4. RESULTADOS

Obtención de datos

Se asistió en dos ocasiones a la escuela secundaria técnica no. 4 “Presidente Ruiz Cortines”, ubicada en Av. Hidalgo No. 79, Cabecera Municipal de Tlalnepantla de Baz, Estado de México.

El primer encuentro fue con el coordinador encargado del servicio social de esta escuela, este primer contacto tuvo lugar en su oficina. En primer lugar, nos presentamos formalmente y le entregamos el documento que contenía el permiso de la escuela y la metodología de lo que haríamos con un grupo de alumnos de esa misma escuela. Mientras mi equipo y yo estábamos sentadas, el coordinador leía detenidamente el documento, al terminar nos realizó una serie de preguntas acerca del beneficio que tendrían los alumnos al trabajar con nosotras. Se le informó de manera muy breve que la recolección de datos se utilizaría para una investigación psicoeducativa y que esto daría pauta para realizar futuras investigaciones. Además de que se le dotaría de información importante acerca de algunas habilidades de afrontamiento que le ayudaría a los alumnos en un futuro saber cómo solucionar sus problemas. Al final, el coordinador resolvió algunas otras dudas y mencionó que era un grupo muy pequeño de 10 alumnos nada más, pero que eran lo más difíciles y problemáticos de toda la escuela y nos mandó con el psicólogo Manuel para que acordaremos el día y el lugar en el cual asistiremos a trabajar con los alumnos.

El segundo encuentro ya fue directamente con los alumnos. Al llegar a la escuela, nos dirigimos con el psicólogo Manuel, y después de algunos minutos, nos llevó a los edificios donde se ubican todos los salones. Él entró a un salón a solicitar la salida de 10 alumnos en particular, al momento de salir, los alumnos se reían y se hacían bromas entre ellos, inclusive el psicólogo participaba en estas bromas.

La escuela nos prestó un aula bastante amplia para trabajar con los 10 alumnos, cuando todos estuvimos ubicados en este espacio, realizamos una actividad de rapport, en la cual cada alumno debía pasar al frente, tomar un papel (contenían una diversidad de preguntas), para después decir su nombre, edad y responder a la pregunta, y así sucesivamente con todos los alumnos, incluso en psicólogo participó en la actividad, y ayudó bastante en crear un ambiente de confianza.

Al finalizar esta actividad, se les proporcionó brevemente la información correspondiente acerca de algunas de las habilidades de afrontamiento, cuál era su importancia y cómo podrían aplicarlas en su vida cotidiana. Después les explicamos que también necesitaríamos que contestarán algunos cuestionarios que nos serían de mucha ayuda para una investigación y que todo lo que proporcionarán sería confidencial. Al momento de estar repartiendo los cuestionarios, surgieron muchas dudas acerca de la primera hoja de uno de los instrumentos, ya que pedía dirección, teléfono e información más personal, por lo que el psicólogo Manuel nos pidió que esa parte la omitiremos, ya que la escuela podría tener problemas si ellos contestaban a ello.

Durante la aplicación, que duró aproximadamente 1 hora con 30 minutos, los alumnos estuvieron baste tranquilos, participativos y siempre fueron respetuosos, parecía que estaban concentrados y atentos a las indicaciones y a los instrumentos que les otorgamos. Únicamente se podría considerar el caso de un alumno, que no quiso contestar una parte de los instrumentos, incluso al final dijo que si los contesto pero no puso nada relevante. Además de que este alumno debe estar acompañado de algún familiar, en este caso su tío de 23 años de edad, para que tenga el acceso a la escuela, debido a que ha tenido problemas de conducta graves. El psicólogo sugirió que el tío también participará en todas las actividades, aunque este desde un principio no quisiera.

Finalmente, cuando terminaban sus cuestionarios, salían a jugar o a sentarse en las canchas, en total fueron aproximadamente 10-15 minutos los que tuvieron libres antes de entrar a su siguiente clase. En general, cuando estuvieron afuera, todos estaban interactuando lanzando un balón de fútbol americano, a excepción de dos niñas que se sentaron en una banquita a platicar.

Debido a que los resultados de los participantes no reflejaban que tuvieran algún tipo de violencia intrafamiliar y para fines de la investigación fue necesario buscar otra muestra para poder comparar los resultados.

Por lo que el día 6 de Mayo acudimos al CAVI: Centro de apoyo a la violencia intrafamiliar. Ubicado en General Gabriel Hernández número 56, planta baja, Col. Doctores, entre Dr. Lavista y Río de la Loza, en donde se nos permitió trabajar con 9 participantes con edades de 12 a 15 años, en la que se siguió el mismo procedimiento que con la otra muestra, (presentación de los investigadores, dinámica de presentación de los participantes y aplicación de los instrumentos).

Análisis de datos

La muestra fue seleccionada por conveniencia ya que se nos fue asignada a disposición de la escuela donde se realizó la investigación.

A partir de los datos obtenidos en los instrumentos por cada grupo. Se compraron los resultados obtenidos entre el Grupo SV (Sin Violencia) y el Grupo CV (Con Violencia) y se realizó el análisis estadístico, en cuanto a las diferencias encontradas en cada uno de estos, lo que nos permitió observar que nuestra hipótesis fue aceptada, ya que esta establece que, si se cuenta con habilidades de afrontamiento entonces habrá una disminución en la violencia familiar.

El primer instrumento que se utilizó fue el Encuesta sobre Violencia Intrafamiliar (ENVIF) del INEGI, el cual nos permitió saber cuál es nivel de violencia intrafamiliar de los participantes, a partir de sus diferentes escalas (Maltrato Emocional, Intimidación, Abuso Físico y Abuso Sexual) en las cuales se registra la frecuencia de incidencia en cada una durante los últimos 6 meses.

En la figura 1, se observa la frecuencia obtenida por el Grupo SV, en donde la incidencia en las diferentes escalas no sobrepasa de 5.

En la escala de Maltrato Emocional, el participante 9 reportó la incidencia de 5 veces en los últimos seis meses, los participantes 5 y 6 reportaron una frecuencia de 3 veces y el participante 11 solo reportó 1 incidencia; los demás participantes no reportaron ninguna. En la escala de Intimidación, los participantes 4 y 9 reportaron la incidencia de 1 vez en los últimos seis meses, mientras que los demás participantes no reportaron ninguna. En la escala de Abuso Físico solo el participante 4 reportó la incidencia de 2 ocasiones. Por último en la escala de Abuso Sexual ninguno de los participantes reportó alguna incidencia.

Figura 1. Frecuencias obtenidas por el Grupo SV.

La figura 2 muestra las frecuencias obtenidas del Grupo CV en el ENVIF, en la escala de Maltrato Emocional, el participante que mayor incidencia reportó fue el participante 9 una frecuencia de 150 veces en los últimos seis meses, seguido de los participantes 3 y 6 que reportaron una frecuencia de 120 veces, el participante 4 con 90 veces de incidencia, el participante 8 con una incidencia de 70 veces, los participantes 1 y 7 con una frecuencia de 50 y por último el participante 5 con una incidencia de 30 veces; siendo esta escala en la que se registró mayor frecuencia de incidencias. En la escala de Intimidación, el participante 9 reportó la incidencia de 90 veces en los últimos seis meses, seguido del participante con 80 veces de incidencia. En la escala de Abuso los participantes 1 y 9 reportaron una incidencia de 100 veces en los últimos seis meses, seguidos de los participantes 2, 6 y 8 con una incidencia de 90 veces, el participante 4 con una frecuencia de 80, el participante 3 con una incidencia de 60 veces, el participante 7 con 50 de incidencia y por último el participante 5 con una incidencia de 40 veces. Por último en la escala de Abuso Sexual el participante 9 reportó una incidencia de 5 veces en los últimos seis meses, seguido de los participantes 1, 2 ,4, 6 y 7 quienes reportaron 1 incidencia mientras que los demás participantes no reportaron ninguna.

Figura 2. Frecuencias obtenidas por el Grupo CV.

El segundo instrumento que se aplicó fue la Escala de Afrontamiento para Adolescentes (ACS), la cual consta de 18 escalas sobre habilidades de afrontamiento, las cuales son: Buscar apoyo social (As), Concentrarse en resolver el problema (Rp), Esforzarse y tener éxito (Es), Preocuparse (Pr), Invertir en amigos íntimos (Ai), Buscar pertenencia (Pe), Hacerse ilusiones (Hi), Falta de afrontamiento o no afrontamiento (Na), Reducción de la tensión (Rt), Acción social (So), Ignorar el problema (Ip), Autoinculparse (Cu), Reservarlo para sí (Re), Buscar apoyo espiritual (Ae), Fijarse en lo positivo (Po), Buscar ayuda profesional (Ap), Buscar diversiones relajantes (Dr) y Distracción física (Fi).

En la figura 3 se muestran los niveles de afrontamiento en cada una de las escalas de los dos grupos, en donde se puede ver claramente que el Grupo SV tiene mayores niveles de habilidades de afrontamiento a comparación del Grupo CV del cual sus niveles son bastante bajas, con excepción de las escalas de Buscar diversiones relajantes (Dr) y Distracción física (Fi), las cuales cuentan con un nivel de 71 y 69 respectivamente.

Las redes de apoyo, se ven reflejadas en las escalas As, So, Ae y Ap, sin embargo, en los resultados obtenidos por ambos grupos no se observa una frecuencia a que se utilicen estas escalas, aunque si bien no son las más bajas se encuentran en un rango de entre 35 y 50 en el Grupo SV siendo aún de mayor que en el Grupo CV ya que este presenta una frecuencia de entre 25 y 45.

Figura 3. Niveles de Habilidades de Afrontamiento del Grupo SV y Grupo CV en el Acs.

El tercer y último instrumento que se aplicó fue el Inventario de Respuestas de Afrontamiento para Jóvenes (UBA), el cual cuenta con 4 escalas de afrontamiento (Afrontamiento por Aproximación Cognitiva, Afrontamiento por Aproximación Conductual, Afrontamiento por Evitación Cognitiva y Afrontamiento por Evitación Conductual). En la figura 4 se muestran los resultados obtenidos en ambos grupos con respectos a los niveles de afrontamiento de este instrumento. De igual manera que el instrumento anterior el Grupos SV tuvo mayores niveles en cuanto al afrontamiento comparado con el Grupo CV. Sin embargo, en ambos casos las escalas de Afrontamiento por Evitación Cognitiva y Conductual tuvieron mayor relevancia.

Figura 4. Niveles de Afrontamiento del Grupo SV y Grupo CV del UBA.

5. DISCUSIÓN

Consideraciones polémicas

Debido a que la literatura es muy concreta y poco variante, no se generaron puntos controvertidos en el equipo al momento de elaborar la pregunta de investigación y la hipótesis del trabajo, al contrario hubo acuerdos acerca de lo que podía influir en la aparición y mantenimiento de la violencia intrafamiliar. Todas concordamos en que era importante considerar la falta de relaciones afectivas y el apego como posibles detonadores, creando las condiciones para que uno o más integrantes de la familia comenzarán a practicar algún tipo violencia, desde la física, psicológica, sexual e incluso económica hacia los integrantes más vulnerables de la misma familia, que practicada de forma permanente puede llegar a ocasionar daños a la integridad, personalidad y/o a la estabilidad familiar, pero principalmente impacta en el desarrollo social y psicológico de cada individuo, repercutiendo en la calidad de vida.

Al momento de crear las hipótesis, consideramos importante que la violencia genera violencia, encontrado que los jóvenes con una historia de victimización son más propensos a comprometerse en una variedad de comportamientos riesgosos, por lo que resulta importante la creación de habilidades que ayuden a los jóvenes a sobrellevar las situaciones de violencia familiar y de esta manera prevenir los riesgos que estas conllevan. El afrontamiento es una respuesta a los factores estresantes de la vida y las perturbaciones cotidianas que se encuentran comúnmente en la población general.

En la aplicación y análisis de los instrumentos, nos dimos cuenta que la muestra seleccionada no nos arrojaría datos relevantes para la investigación, debido a que no presentaban ningún tipo de violencia intrafamiliar, por lo que fue necesario buscar otra muestra que presentará violencia para poder hacer una contrastación entre ambas con el fin de obtener datos más confiables conforme a la investigación.

Diseño de Intervención PsicoEducativa

Propuesta institucional

Talleres en escuelas para el desarrollo y la promoción de aplicación de las habilidades de afrontamiento ante situaciones de violencia intrafamiliar

Objetivo: Dotar de conocimientos y habilidades a los alumnos acerca de los recursos con los que cuentan para generar vías alternas y viables cuando se presentan situaciones problemáticas y violentas en su casa, con su familia de origen.

Dado a que la escuela funge como la segunda institución, en la mayoría de los casos, más importante en la vida de un joven, ya que es aquí donde no sólo adquiere conocimientos teóricos, sino, de la vida cotidiana; y es donde genera gran parte de sus amistades con las que convive un importante tiempo del día llegando a ser determinantes en su formación personal. Por tal motivo se debe aprovechar al máximo dicha situación para poder crear un gran impacto en los jóvenes.

En la evaluación que se llevó a cabo, se encontró que gran parte de los participantes que tienden a una situación de riesgo, no suelen tener una comunicación asertiva o bien hay una ausencia de ésta, aunado a esto no suelen compartir sus conflictos personales o familiares, ignorando o intentando darles solución de acuerdo con lo que saben.

Lo anterior se podría lograr estableciendo horarios indicados para implementación del taller, de modo que se generen tiempo diariamente, o semanalmente para que los alumnos tengan un espacio más íntimo y personal que les genere el interés por hablar acerca de problemas que los aquejan y que en conjunto con el personal capacitado logren resolverlo de la manera más adecuada y eficaz, permitiéndoles que puedan extrapolar estas habilidades de afrontamiento a cualquier tipo de situación; también se puede considerar cambiar los contenidos de alguna materia en particular o incluir una materia en la que sea únicamente para estos fines.

Aunado a esto se podría realizar talleres con los padres de familia donde se les dé información respecto a la violencia y sus vertientes así como su forma de poder intervenir en el desarrollo óptimo funcionando como una red de apoyo fundamental.

Implicaciones

Se debe considerar que la importancia de esta propuesta DIPE radica en que se podría tener la oportunidad de generar las condiciones necesarias y oportunas para que los alumnos se sientan considerados como personas con metas, sueños y propósitos que van más allá de lo académico, tratando de erradicar la idea errónea de que la escuela no sirve o que es una obligación que deben de cumplir, sino que sea vea más como una institución que se preocupe por todos los aspectos de una persona, es decir, que se consideren los aspectos académicos, pero sobre todo los aspectos sociales, afectivos y emocionales que están relacionados con todo lo que realizamos día con día.

Con esto los jóvenes podrán afrontar cualquier situación ya sea de violencia intrafamiliar, o un problema escolar, de una manera asertiva, con la que él se sienta satisfecho y logre el objetivo de la resolución o bien poder hacer frente a la situación.

Una de las limitaciones del tema, es que normalmente en la literatura las habilidades de afrontamiento están dirigidas mayoritariamente a los adolescentes, sin embargo, se puede realizar una adaptación de acuerdo a la población a la que sean dirigidas, ya que sería importante que se pudieran aplicar desde la infancia, que es una etapa esencial para el desarrollo psicológico. Durante los primeros años de la vida comienza a formarse nuestra visión del mundo y de las personas que nos rodean, una perspectiva que determinará nuestra vida como adultos. Si crecemos en un entorno marcado por la agresividad es muy probable que creamos que el mundo es un sitio hostil y que la mayoría de las personas son violentas. Al contrario, si crecemos en un ambiente lleno de cariño y amor, nuestra visión del mundo y de las personas será mucho más positiva.

6. CONCLUSIONES

Aportaciones

Lograr que un joven se conozca y conozca las habilidades cognitivas, físicas, y sus redes de apoyo como amigos, familiares o personas con las que convive diariamente y que pueden brindar apoyo ante situaciones problemáticas que se presentan a lo largo de su vida. Aunado con el aprendizaje que logren, los jóvenes sean capaces de relacionarlo y aplicarlo en diferentes contextos como el comunicar asertivamente sus problemáticas. Gracias a esto, no solo se dará a la sociedad un joven con menos conflictos, también será alguien que sepa actuar de manera más empática con él otro generando una sociedad más tolerante.

Colofón

A lo largo de la vida ponemos en práctica diferentes mecanismos que nos permiten adaptarnos a los retos que se nos van presentando. Con el paso del tiempo, estas estrategias se van integrando en nuestro yo y pueden dar lugar a ciertas peculiaridades de la personalidad que determinarán las relaciones afectivas de esa persona o incluso la valoración que hacemos de nosotros mismos.

A veces cuando tenemos un problema y llegamos a cierta edad, nos cuesta trabajo decidir y seguir adaptándonos a los cambios porque preferimos mantenernos en nuestra zona de confort. De esta forma, las estrategias de afrontamiento que se nos proporcionan en la niñez y que se concretaron durante la adolescencia y la juventud, se convierten en un inhibidor o suscitador de nuestro crecimiento y bienestar.

Por tal motivo en las situaciones violencia que puede llegar a vivir un joven en su esfera más íntima que es la familiar, es necesario que tenga habilidades básicas para poder sobrellevar cualquier conflicto, sin que tenga repercusiones mayores en su comportamiento y en su estado psicológico y emocional.

7. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Almenares, M., Louro, I., y Ortiz, M. T. (1999). Comportamiento de la violencia intrafamiliar. Revista Cubana de Medicina General, 15, (3), 285-292.

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