PsicoEducativa: reflexiones y propuestas

Vol. 2, Núm. 3, 2016

Adolescencia, el uso de la violencia y el acoso en los escenarios escolares

Aylin Itzel Domínguez Sánchez (*) aylin.n1406@gmail.com
Concepción Molina Cortés (*) concepcion1995@hotmail.com
Jesús Alejandro Ramírez Zamudio (*) alexramzam@gmail.com

*Estudiante de la carrera de Psicología de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala, UNAM
Cómo citar este texto:Dominguez, A. I., Molina, C. y Ramírez J. A. (2016). Adolescencia, el uso de la violencia y el acoso en los escenarios escolares. PsicoEducativa: reflexiones y propuestas. 2(3), 85-91.


1. INTRODUCCIÓN

Actualmente, la violencia y acoso escolar son temas que han sido abordados por diversos autores, al respecto, han destacado la importancia que debe tener para la sociedad conocer la problemática que presentan una gran parte de estudiantes de todos los niveles escolares.

Dicho estudio, lo podemos complementar con el realizado por Debra, J., Wendy, M., Jennifer. Las relaciones y experiencias entre pares, ya sea con los compañeros de clase o amigos de otro entorno, son un medio esencial para el desarrollo de los niños y adolescentes adecuado. De este modo, adquieren una amplia gama de habilidades, hábitos y actitudes que mejoran su adaptación e integración social para el resto de sus vidas. Este tipo de relaciones, junto con las relaciones con los miembros de la familia, compañeros de escuela y vecinos puede contribuir a la seguridad de los jóvenes y el ajuste social, emocional y cognitivo. Al igual que en cualquier ser humano las relaciones con los compañeros implican conflictos, aunque cuando se enfrentan y resuelven constructivamente, los conflictos pueden tener un efecto positivo en el desarrollo; pero en otras ocasiones pueden ser un factor negativo para la persona. Este trabajo examina la faceta negativa de dichas relaciones en un contexto dado, es decir, la violencia o intimidación entre iguales en la escuela. Este fenómeno ha existido siempre, pero actualmente ha cobrado más importancia gracias al reconocimiento del problema de parte de la sociedad, que exige más información sobre la incidencia y características que participan en el acoso escolar, así como la intervención en sus diversas fases.

Díaz, J. (2005) plantea que la modalidad de violencia que más se ha presentado dentro de las escuelas en las últimas décadas es el enfrentamiento y hostigamiento entre iguales, mejor conocido como bullying, dentro del cual suele incluir 1.Conductas de diversa naturaleza (burlas, amenazas, intimidaciones, agresiones físicas, aislamiento sistemático, insultos); 2. Tiende a originar problemas que se repiten y prolongan durante cierto tiempo; 3. Supone un abuso de poder, al estar provocada por un alumno (el agresor), apoyado generalmente en un grupo, contra una víctima que se encuentra indefensa, que no puede por sí misma salir de esta situación; y 4. Se mantiene debido a la ignorancia o pasividad de las personas que rodean a los agresores y a las víctimas sin intervenir directamente.

Domínguez, F., y Manzo, M. (2011) Menciona que “El acoso físico es la forma que más fácilmente se identifica, ya que la mayoría de los casos deja huellas corporales se caracteriza por golpes, rasguños, empujones, etc. El bullying verbal se incluyen acciones no corporales pero igualmente dañinas, como poner apodos, insultar, amenazar, generar rumores, expresar dichos raciales o sexistas con la finalidad de discriminar, difundir chismes, realizar acciones de exclusión, bromas insultantes y repetidas, etc.” y para la violencia sexual O´Donohue, Downs y Yeater (1998, recuperado de Ortega, R. Ortega, F. Sánchez, V. (2008) la describe como conductas desde insultos y miradas obscenas, comentarios sexuales, envió de mensajes pornográficos, exclusión por la orientación sexual, hasta el tocamiento y el ataque físico abusivo graves. En estudios recientes se obtuvo que la tasa de intimidación fue mayor en Educación Primaria que en la Educación Secundaria. A medida que los estudiantes se hacen mayores, el comportamiento intimidante disminuye. El tipo de agresión más frecuentemente percibido fue la agresión verbal, el comportamiento observado con mayor frecuencia por testigos era insultante, las víctimas estaban recibiendo apodos insultantes, que afectaron mayormente a los estudiantes de primaria. En segundo lugar, los comportamientos de exclusión social, como ignorando o no dejar que otro compañero participe en actividades en grupo, se produjo, y en tercer lugar, la agresión física. Por extraño que parezca, por los testigos y las víctimas de Educación Primaria, "golpear" tenía una mayor incidencia que exclusión social.

El patio de la escuela fue el lugar donde los episodios de maltrato se dieron con más frecuencia, seguido por el aula. Sin embargo, las agresiones contra la propiedad (ocultando, rompiendo, robando objetos) se llevan a cabo principalmente en el aula. En Educación Secundaria, los varones tenían un mayor grado de acoso escolar, que las mujeres. Esto significa que en la Educación Secundaria, se observaron más víctimas entre varones.

En referencia al espacio donde se da más la situación de agresiones físicas es el patio del recreo, y para la presentación de la exclusión directa, los insultos, los motes y las agresiones a las propiedades se producen con mayor frecuencia en el aula. No se observan diferencias significativas entre escuelas públicas y privadas respecto a este problema. Entre sus principales resultados cabe destacar que los adolescentes declaran vivir menos situaciones de agresión en el ocio que en la escuela, con la excepción de las coacciones con amenazas o con armas, en las que sucede lo contrario. Para la prevención y el tratamiento de la agresión dentro de las escuelas, Debra, J., Wendy, M., Jennifer, recomiendan trabajar con los alumnos desde las primeras etapas educativas, favoreciendo la identificación de los estudiantes con los valores de respeto mutuo, empatía y no violencia, para prevenir el acoso. Considera que para la erradicación, no basta con enseñar habilidades de resolución de conflictos, sino que se precisa insertar la prevención en un enfoque más global, como: enseñar a condenar toda forma de violencia favoreciendo una representación que ayude a combatirla. Conviene orientar el rechazo a la violencia desde una perspectiva que incluya tanto su rechazo de forma general, independientemente de quién sea la víctima y quién sea el agresor, como un tratamiento específico de sus manifestaciones más frecuentes: la violencia de género y la violencia entre iguales, en la escuela y en el ocio. Las medidas disciplinarias deben contribuir a este objetivo ayudando a generar cambios cognitivos, emocionales y conductuales, que permitan que el agresor se ponga en el lugar de la víctima, se arrepienta de haber empleado la violencia e intente reparar el daño originado. La eficacia de estos tres componentes mejora cuando se integran en un mismo proceso. Es importante desarrollar alternativas a la violencia: estableciendo contextos y procedimientos alternativos en el sistema escolar, a través de los cuales de forma normalizada (sin que nadie se sienta amenazado en ellos) puedan expresarse las tensiones y las discrepancias y resolverse los conflictos sin recurrir a la violencia (a través de la comunicación, la negociación, la mediación); y promoviendo habilidades en todos los individuos alumnado, profesorado, etc. que permitan afrontar la tensión y resolver los conflictos sin recurrir a la violencia. El proceso de poner en práctica una idea, programa o conjunto de actividades y estructuras nuevas para personas que intentan o esperan cambiar, es compleja, ya que se requiere hacer cambios en el comportamiento y las creencias individual y organizacional. Por ejemplo, esto incluye el compromiso necesario y el desarrollo de relaciones de trabajo positivas de todo el personal pertinente, en particular, la administración de la educación, pilar del mantenimiento del personal, en los departamentos gubernamentales, pertinentes divisiones, los representantes de los profesores y de los padres, y las propias escuelas. En la presente investigación se retoma la importancia de identificar el grado de violencia que se presenta en el nivel preparatoria, y en qué magnitud en los diferentes tipos de violencia. Por lo que se optó por la realización de una encuesta a 98 alumnos de turno matutino y vespertino, de una escuela preparatoria ubicada en Atizapán de Zaragoza, Estado de México, con el fin de conocer cuál es el tipo de violencia que se presenta con mayor frecuencia, así mismo ver si se presenta más en hombres o mujeres.

Presentación de la problemática

Hoy en día, la posibilidad de que la escuela sea significada por el adolescente como una experiencia emocionalmente positiva, dependerá del ambiente que logren crear los alumnos y los profesores. El clima emocional de la escuela está dado por la presencia o ausencia de la violencia y otras perturbaciones para estudiar y por los amigos.

La violencia entre iguales en la escuela, o la intimidación es un fenómeno que ha existido siempre, sin embargo con el paso del tiempo ha cobrado más importancia gracias a la conciencia de la sociedad, que exige más información sobre la incidencia y características que participan en el acoso escolar, así como la intervención en sus diversas fases.

Por lo anterior, es importante identificar que la situación de acoso, intimidación o victimización es aquella en la que un alumno o alumna es agredido o se convierte en víctima cuando está expuesto, de forma repetida y durante un tiempo, a acciones negativas que lleva a cabo otro alumno o grupo de ellos (as). De igual forma como lo mencionan Figueroa y Gallegos (2007) se entiende por acciones negativas, tanto las cometidas verbalmente o mediante contacto físico, como las psicológicas de exclusión. Se trata de un fenómeno presente en todos aquellos contextos de relaciones interpersonales en los que están juntos, de forma más o menos obligatoria, pero relativamente permanente, personas de igual estatus social que se ven obligadas por las circunstancias a compartir escenarios, trabajos o simples actividades; los adolescentes que asisten a instituciones educativas se encuentran en estas condiciones, por lo que pueden, y de hecho así sucede, verse involucrados en problemas de victimización. Esteves, E. (2005) menciona: "La violencia escolar, por tanto, es un problema que perjudica gravemente el proceso de enseñanza-aprendizaje en el aula, así como las relaciones sociales existentes en la misma, tanto entre compañeros como entre alumnos y profesores".

Al respecto, es importante destacar que los tipos de violencia que más se presentan dentro del ámbito educativo son, la violencia psicológica que no es una forma de conducta, sino un conjunto heterogéneo de ellas, incluye agresiones de tipo: verbales, a la propiedad. De entre las múltiples caras de violencia psicológica, algunas son obvias, otras, prácticamente imposibles de determinar como tales, pero todas las formas de maltrato y acoso psicológico dejan su secuela debido al efecto que persiguen. Conviene establecer que acosar psicológicamente a una persona es perseguirla con críticas, amenazas, injurias, calumnias y acciones que pongan cerco a la actividad de esa persona, de forma que socaven su seguridad, su autoafirmación y su autoestima, e introduzcan en su mente malestar, preocupación, angustia, inseguridad, duda y culpabilidad, que llevan al abandono del ejercicio de los derechos generando consecuencias importantes que pueden afectar el estado emocional o comportamiento de las personas o adolescentes, por ejemplo, daños en su autoestima o bajo rendimiento académico.

Por otro lado, se encuentra la violencia física, la cual se caracteriza por actos a través de los cuales se forza la integridad de una persona, causando daño físico o moral. Dentro de las características observadas en los agresores Díaz-Aguado (2008) plantea que las más frecuentes son: una acentuada tendencia a abusar de su fuerza (suelen ser físicamente más fuertes que los demás); son impulsivos, con escasas habilidades sociales, baja tolerancia a la frustración y dificultad para cumplir normas. Entre los principales antecedentes familiares suelen destacarse: la ausencia de una relación afectiva cálida y segura por parte de los padres, y especialmente por parte de la madre, que manifiesta actitudes negativas o escasa disponibilidad para atender al niño; y fuertes dificultades para enseñar a respetar límites, combinando la permisividad ante conductas antisociales con el frecuente empleo de métodos coercitivos autoritarios, utilizando en muchos casos el castigo físico. Pepler, D. Craing, W. Connolly J. Yuile, A. McMaster L. Jiang D. (2006) mencionan " los dramáticos cambios biológicos y sociales que se producen en la adolescencia afectan el desarrollo psicosocial. En las relaciones, poder y control pueden ser establecidos a través de la agresión física, pero también a través de maltrato psicológico y otras formas de comportamiento que provocan malestar". Así mismo, se destaca el tipo de violencia verbal y sexual, la primera tiene distintas formas de manifestarse, ya sea a través del lenguaje corporal como gestos, miradas, señas. O mediante el lenguaje hablado, implicando palabras que pueden ser insultos o palabras hirientes. La violencia sexual, mientras tanto ocurre principalmente cuando alguien fuerza o manipula a otra persona a realizar una actividad sexual no deseada sin su consentimiento.

Es por ello que es relevante destacar las principales característica que manifiestan las víctimas de acoso y maltrato de cualquier tipo de violencia, en las cuales están: el aislamiento, escasa asertividad y dificultad de comunicación; una conducta muy pasiva, miedo ante la violencia y manifestación de vulnerabilidad (de no poder defenderse ante la intimidación), alta ansiedad, inseguridad y baja autoestima; estas víctimas pasivas tienden a culpabilizarse de su situación y a negarla.

Ahora bien, es por todo lo anterior que se considera importante el estudio de la violencia en todas sus formas (física, psicológica, verbal y sexual) que puede presentarse principalmente en edades comprendidas entre los 13 a 18 años de edad, etapa denominada como adolescencia, debido a que los jóvenes presentan numerosos cambios que pueden ocasionar que ejerzan ésta problemática. Es por ello que se necesita emplear estrategias de prevención para que éste acontecimiento no crezca. Principalmente en escenarios educativos, ya que es en éste lugar en donde los jóvenes tienen mayores relaciones interpersonales. Respecto a esto, en un estudio realizado por Garaigordobil y Oñederra (2008) encontraron que en el patio de la escuela fue el lugar donde los episodios de maltrato se dieron con más frecuencia, seguido por el aula, la tasa de intimidación fue mayor en Educación Primaria que en la Educación Secundaria. A medida que los estudiantes se hacen mayores, el comportamiento intimidante disminuye. En Educación Secundaria, los varones tenían un mayor grado de acoso escolar, que las mujeres. Esto significa que se observaron más víctimas entre los varones con respecto a la intimidación ya que el estudio menciona que el sexo masculino predomina el abuso escolar.

En el estudio de James y Mona (2008) es importante considerar que tiene mayor eficacia cuando se aplican estrategias de prevención, más que de intervención; y si ya no se puede hacer nada a nivel preventivo, resulta de suma importancia detectar oportunamente la problemática para atenderla con diversas estrategias atendiendo tanto al abusador, como el que está siendo abusado, ya que ambas personas necesitan ser atendidas y tratadas para resolver el conflicto.

Para prevenir la violencia entre adolescentes es preciso favorecer la cohesión entre compañeros y erradicar las situaciones de exclusión que, de lo contrario, suelen producirse desde los primeros cursos de escolaridad y a lo largo de todos los cursos. Y para conseguirlo conviene incrementar las oportunidades de conseguirlo desde las actividades del aula de clase, como el aprendizaje cooperativo, así como favorecer el desarrollo de las habilidades necesarias para dicha cooperación, tanto con carácter colectivo como individual. Estas condiciones no sólo ayudan a la integración de todos los individuos, sino que permiten una detección precoz de los problemas de interacción, que pueden así ser resueltos desde sus inicios.

Presentación del problema específico

La violencia en la escuela o el acoso escolar es un problema complejo y se manifiesta de manera muy diversa, más allá de sus connotaciones delictivas o sus posibles vínculos con esa dimensión. Hay distintos tipos de violencia y diversas tipologías para clasificarlos, los especialistas coinciden en que no es fácil su definición, entre otras cosas por las variaciones culturales en torno a lo que se considera un acto violento y a los distintos matices e interpretaciones que adquieren las acciones de las personas en la compleja interacción humana. En México, se han realizado diversos estudios acerca de ésta problemática, como es el realizado por Velázquez (2005) en nueve preparatorias de algunos municipios del Estado de México, cinco públicas y cuatro privadas, en donde se presentan testimonios de algunos estudiantes sobre la violencia, la cual consideran como un tema central en la escuela. Uno de ellos refiere su experiencia como “un infierno” otros señalan que cuando estuvieron en la secundaria “fue un problema muy grave” y que incluso fue motivo del cambio de escuela para algunos de ellos. Es por dichas problemáticas que se considera importante identificar si existe violencia en las aulas escolares, así mismo conocer cuál es el tipo de violencia que se presenta más en los estudiantes (física, verbal, psicológica y sexual) y si es más frecuente en hombres o mujeres, esto para poder realizar un cambio en aquellas instituciones que presenten violencia escolar a través de un programa de prevención para reducir cualquier tipo de situación desagradable que sea consecuencia de la problemática.



2. MARCO CONCEPTUAL

Perspectiva

La conducta violenta en la escuela de acuerdo con Estévez, E. (2005) es un tipo de comportamiento que presenta las características propias de toda conducta violenta, aunque con la particularidad de que los actores son niños o adolescentes y de que tiene lugar en escuelas e institutos. En el contexto escolar tienen lugar multitud de comportamientos de carácter violento, entre los que se encuentran aquellos dirigidos directamente hacia objetos o material escolar y aquellos dirigidos directamente hacia personas, el profesorado y los compañeros. De entre todas estas conductas, las peleas entre compañeros son las más frecuentes, principalmente entre pares o pandillas. La violencia escolar, por lo tanto, es considerada como una conducta de persecución física y/o psicológica que realiza un alumno hacia otro, al que elige como víctima de repetidos ataques. Los ataques ocurren en todos los lugares de la escuela, aunque el tipo de agresión que se realiza en cada lugar dependerá de si éste está más o menos vigilado por adultos. El aula es uno de los lugares donde se dan en mayor medida agresiones de tipo verbal, situaciones de exclusión y aislamiento social. La mayoría de los estudios coinciden en apuntar que la violencia escolar es un problema fundamentalmente masculino: los chicos suelen ser, más frecuentemente que las chicas, tanto agresores como víctimas de agresión en los centros escolares o incluso agresores-víctimas conjuntamente, aunque, recientemente se ha observado que en el rol de víctima están desapareciendo las diferencias por sexos.

Según distintas investigaciones ofrecen datos a favor de esta hipótesis y ponen de manifiesto que los chicos suelen utilizar más frecuentemente que las chicas la agresión física directa y el daño a pertenencias de otros compañeros, mientras que las chicas se decantan por formas de agresión más sutiles e indirectas como la intimidación, la manipulación y el aislamiento social; por último, chicos y chicas utilizan por igual la agresión verbal como poner motes o dejar en ridículo.

La victimización en la escuela supone importantes amenazas para el bienestar psicológico de niños y adolescentes, puesto que se trata de experiencias interpersonales sumamente estresantes para el individuo. Las victimas violencia escolar presentan más síntomas depresivos y problemas de ansiedad y estrés incluso después de transcurrido un año desde el último episodio de maltrato.

Con lo anterior, es preciso señalar que para poder prevenir este tipo de situaciones, es conveniente realizar un programa de prevención, no sin antes tener resultados que clarifiquen la presencia de esta problemática.

Ahora bien, la hipótesis que se plantea en la presente investigación es que existe mayor violencia física en hombres que en mujeres, debido a las diversas investigaciones que mencionan que han obtenido dichos resultados.

Causas del problema

Las causas de la violencia escolar son compartidas con las causas de la violencia de la sociedad en su conjunto, y si bien los detonantes pueden ser originados en causas escolares o extraescolares, en la mayoría de los casos las reacciones violentas son imitaciones de conductas adultas que los niños y adolescentes imitan.
Existen para ello causas biológicas, como escasos niveles de serotonina; causas psicológicas, como mecanismos de defensa ante una autoestima baja, que se pretende reafirmar tomando el poder, y adquiriendo superioridad con la violencia; o la necesidad de imponer sus exigencias sin obstáculos; o sociales donde se produce la violencia que ya mencionamos, por imitación de conductas violentas generalizadas, que se ven en la calle, en el hogar, y en la propia escuela. Un factor importante que genera violencia es la pobreza, la que puede manifestarse como violencia en busca de reivindicaciones de clase.

En la violencia o acoso escolar, debe considerarse así mismo la importancia que tiene la familia, ya que como institución principal de cada individuo, es ahí en donde los alumnos tienen sus primeras relaciones y en donde desarrollan como personas, generando su personalidad.

Respecto a ello, Dorothy, L. Espelage, K y Thomas, R. S. (2000) destacan que las influencias familiares y adultas, las relaciones pares y factores contextuales distales son correlatos de una medida continua del comportamiento de acoso escolar dentro de una muestra de 558 alumnos de secundaria.

Se demostró que sólo el 19,5% de la muestra informó no exponer ningún comportamiento de intimidación en los últimos 30 días. Debido a que se presentan las siguientes situaciones: por parte de los padres, disciplina física, tiempo sin supervisión de un adulto. Por los pares, negativas influencias, y preocupaciones de seguridad del barrio en dónde viven, eran asociadas a tener un comportamiento intimidatorio.

En contraste, se pudo observar que modelos adultos positivos se asocia con menos comportamientos de acoso escolar.

Por lo que en los resultados, los autores sugieren que consejeros deberían centrarse los esfuerzos de prevención e intervención en los factores de riesgo dentro del contexto social más grande de la vida de un adolescente.

Desde nuestro punto de vista, es importante examinar el contexto familiar, ya que frecuentemente es el núcleo en donde se empieza a originar cualquier tipo de violencia, generando así que los niños, adolescentes o jóvenes sean víctimas y puedan llegar a imitar esta problemática con sus compañeros o pares. Este acontecimiento, es frecuente en varones de cualquier edad.


3. PLANTEAMIENTO

Método

Participantes:

Se aplicó un instrumento construido con base al instrumento de NOVAS -RES (1999-2002) a 95 estudiantes, 54 mujeres (26 mujeres del turno matutino y 28 del turno vespertino) y 41 hombres (22 hombres del turno matutino y 19 del turno vespertino). De edades comprendidas entre los 14 y 15 años de edad.

Escenario:

El escenario en donde se aplicó el instrumento, fue en la escuela preparatoria oficial No.64, ubicada en la calle San Luis Potosí, S/N, México Nuevo, Atizapán de Zaragoza.

Se aplicó a un grupo de primer grado, en su salón de clases el cual cuenta con una puerta, 6 ventanas, butacas, pizarrón, escritorio, ventilación, iluminación, piso laminado, paredes de ladrillo.

Procedimiento

Para la muestra de este trabajo se eligieron dos grupos de primer grado, uno de turno matutino y uno del turno vespertino, de la Preparatoria Oficial No. 64, la aplicación para el turno matutino fue en un horario de 12:30 a 13:10 hrs. y la aplicación para el turno vespertino fue de 14:10 a 14:50 hrs., en ambos grupos la aplicación se realizó a todos los integrantes del grupo sin hacer exclusión de ninguno, la aplicación de la prueba fue grupal, es decir se les aplicó a todos en el mismo tiempo, de igual forma las explicaciones fueron similares para ambos grupos.

Instrumento

Para conocer si existe violencia dentro del campo escolar e identificar cuál de ellas se frecuenta más en hombres o mujeres, se aplicó un instrumento enfocado en identificar la ocurrencia de violencia física, psicológica, sexual y verbal. Construido con

base al instrumento de NOVAS -RES (1999-2002) que presenta preguntas de sobre los siguientes indicadores. (Ver Tabla 1) utilizando una escala que va de “Nunca” a “Siempre”.

Tabla 1. Categorías identificadas para cada tipo de violencia


Obtención de datos

Una vez que termino la aplicación del instrumento. Primeramente, se contó el número de hombres y mujeres que realizaron la encuesta de ambos turnos. (Ver tabla 2). Después los 95 cuestionarios fueron separados en turnos, primero hombres y mujeres del turno matutino y después hombres y mujeres del turno vespertino.

Tabla 2. Número de alumnos encuestados.


Posteriormente se comenzó con la categorización de variables identificadas, es decir, se contó el número de respuestas a favor de violencia física, psicología, sexual y verbal para todos los casos. (Ver tabla 3).

Tabla 3. Frecuencia de violencia en hombres y mujeres de turno matutino y vespertino



Resultados

Los resultados obtenidos en esta investigación demuestran que en la escuela preparatoria oficial No.64, ubicada en la calle San Luis Potosí, S/N, México Nuevo, Atizapán de Zaragoza, se presenta un porcentaje de violencia general de 37.03%, lo cual indica que la violencia no se da de manera frecuente ni es un porcentaje que deba causar tanta preocupación. Sin embargo, cabe destacar que el turno que presenta mayor índice de violencia es el turno matutino con un porcentaje de 22.9%, mientras que el turno vespertino tiene un porcentaje de 19.1%. Así mismo, se puede identificar que en el caso del turno matutino son los hombres quienes presentan un mayor índice de violencia, en tanto que en el turno vespertino son las mujeres quienes tienen mayor grado de violencia.

Por otro lado, cabe destacar que el tipo de violencia que se presenta tanto en el turno matutino y vespertino como entre mujeres y hombres es la violencia física, la cual consiste en empujones a propósito, pegar, quitar o robar objetos personales a la víctima, con mayor frecuencia en las mujeres del turno vespertino con 40 casos, seguido por los hombres del turno matutino con 37 casos y con frecuencia igualada en hombres y mujeres del turno vespertino y matutino respectivamente con 34 casos. Seguida de la violencia física la violencia verbal, que incluye conductas como insultar, difundir mentiras y amenazar a la víctima, incurre en mayor frecuencia en las mujeres del turno vespertino con 27 casos, los hombres del turno matutino con 15 casos, seguido por los hombres del turno matutino con 13 casos y por último con menor incidencia las mujeres del turno matutino con 10 casos. La violencia psicológica, presenta conductas como ridiculizar, rechazar e ignorar a la víctima, es una de las dos categorías que se presentan con menor frecuencia en la escuela, pero se observó un cambio, ya que la violencia psicológica se presenta más en las mujeres del turno matutino con 16 casos, y los hombres del turno vespertino con 4 casos. Por último la violencia sexuada, incluye agresiones sexuales como tocamientos, gestos o insultos obscenos y acoso sexual a la víctima, es la que menos casos presento, ya que en una cantidad minoritaria, los que sufren con mayor frecuencia de violencia sexuada son los hombres del turno matutino con 2 casos y los que menos la sufren son las mujeres del turno vespertino con 1 solo caso, en los otros dos grupos no se presentan casos. Los indicadores más detonantes de éstas variables son los que se pueden observar en la figura 1.



Figura 1. Porcentaje de violencia general en hombres y mujeres.

Solución del caso

De acuerdo a los resultados obtenidos y a la información recopilada en el marco teórico, el objetivo de la propuesta de prevención es que los alumnos, profesores y padres de familia hagan conciencia acerca de la problemática que se está viviendo en la escuela preparatoria (violencia física) con el fin de que los mismos alumnos hagan un cambio y reconozcan las consecuencias que pueden tener éstos actos violentos. Por ello se realizará una un taller y platicas preventivas para todas las personas mencionadas anteriormente.

Estrategias de prevención contra la violencia escolar

Objetivo: Que los alumnos logren percibir las consecuencias que tiene ejercer violencia hacia sus compañeros.

Plática con los padres.

Antes de iniciar el taller, se hablará con los padres acerca de la problemática que enfrentan sus hijos dentro de la escuela. Así mismo se les dará información de manera general de los resultados obtenidos y se les mencionará acerca de la propuesta de prevención o taller que se piensa impartir.
Se mencionará también la importancia que tiene trabajar en conjunto con los maestros y la importancia que tiene escuchar a sus hijos para conocer las situaciones por las que pasa en la escuela.

Plática con los profesores.

Antes de iniciar el taller, se hablará con los profesores acerca de la problemática por la que está pasando la institución educativa. De igual forma que los padres, se les mencionarán los resultados obtenidos en la investigación de manera general. Se les dirá la importancia que tiene realizar labores de prevención en compañía de profesionales del tema a los alumnos que se identifican como agresores. Así mismo se destacará la importancia que tiene notificar la conducta de los alumnos a los padres y las problemáticas o situaciones que lleguen a presentar. Finalmente se mencionará que es conveniente que generen un ambiente favorable dentro del salón de clases para evitar que el acoso escolar se siga frecuentando.

Taller: Aprendiendo a convivir sanamente con mis compañeros

Actividades para trabajar en el aula.

Sesión 1

Actividad 1. Se proporcionará información a través de una presentación en Power Point acerca de que es la violencia escolar, enfatizando los tipos de violencia: física, psicológica, verbal y sexual.

Actividad 2.
Se presentarán dos vídeos con el fin de que los alumnos realicen reflexiones acerca de lo observado en ellos.

Vídeo 1.

"Bullying", cortometraje ganador del Primer Concurso sobre Violencia Escolar

Vídeo 2.

Bullying acoso escolar

Sesión 2.

Actividad 1.
De acuerdo a los resultados obtenidos del cuestionario sobre violencia escolar, se separará a los alumnos de acuerdo al siguiente criterio:

Primer grupo: Sufren violencia
Segundo grupo: No sufren violencia

Cada uno de los investigadores se sentará en círculo con uno de esos grupos, una vez que estén en ese orden, se hará una plática de lo siguiente.

Primer grupo: Los investigadores preguntarán acerca del tipo de violencia que sufren, posteriormente mencionará algunas estrategias que pueden emplear para que no sigan siendo acosados. Finalmente pedirá que entre ellos mismos se brinden sugerencias y se apoyen en caso de notar que los compañeros siguen siendo víctimas de violencia.

Segundo grupo: Los investigadores preguntarán si han sido espectadores de algún tipo de acoso presentado a sus compañeros. Así mismo les proporcionará algunas sugerencias en caso de que se llegue a presentar esta situación. Finalmente les pedirá que entre ellos mismos se apoyen y apoyen a los compañeros que sean víctimas de violencia.

Actividad 2.

Una vez que los alumnos vuelvan a incorporarse en sus respectivos lugares, los investigadores les proporcionarán a cada uno de ellos, de forma aleatoria, un papel en donde viene escrito cualquiera de éstas tres palabras: Víctima, agresor y espectador.
Posteriormente se formaran equipos de forma que queden éstos tres personajes en cada equipo.
Se les dará un guion diferente a cada uno de ellos y se les dará 5 minutos para que se preparen.
Después tendrán que hacer la representación ante el grupo.
Al finalizar cada presentación se analizarán las situaciones y se pedirá que reflexionen acerca de las consecuencias que tiene cada caso.

Sesión 3.

Actividad 1

Se realizará un debate en donde se discutirán las consecuencias que tiene ejercer violencia dentro de la escuela. Así mismo los investigadores proporcionarán sugerencias para que los alumnos sepan cómo responder ante esta situación en caso de encontrarse en cualquiera de los papeles mencionados anteriormente (agresor, víctima y espectador).

Actividad 2.

Para finalizar el taller, los investigadores formarán equipos de acuerdo a los grupos presentados en la sesión 2, actividad 1.

Les proporcionarán media hoja de color a cada uno y les pedirán que realicen una reflexión acerca del tema visto.
Posteriormente se pedirá a cada uno de ellos que mencionen si tuvieron cambios y en qué forma les ha servido el taller.
Una vez terminada las intervenciones de los alumnos, regresarán a sus lugares y los investigadores aclararán dudas de ser necesario y de despedirán.

Aportaciones

El taller antes mencionado, fue realizado completamente por el equipo de trabajo, se consideró que de acuerdo a la experiencia previa que tiene cada uno trabajando con adolescentes, las actividades establecidas son acordes al objetivo planteado por lo que se espera y se cree que tenga cierto beneficio para los alumnos de la preparatoria oficial Nº 64.

Así mismo, se destaca la idea de proporcionar pláticas hacia los padres de familia y profesores porque trabajar en conjunto es la clave para que el trabajo realizado tenga mayor éxito.

Discusión

Los beneficios que traerá el taller que se impartirá en la escuela, será que al informar a los profesores de la escuela y a las autoridades de la misma, de la situación de violencia que existe en el plantel, ellos podrían estar más atentos a las conductas de agresores y víctimas de violencia, en caso de que la concientización de las autoridades de los profesores no sea suficiente, los padres también estarán informados de esta situación, por lo que también ellos podrán estar más atentos a las conductas de sus hijos, y si encuentran que son víctimas o usuarios de la violencia, se podrá informar a las mismas autoridades del plantel para que se tomen medidas, de esa forma, en colaboración con las padres de los alumnos y las autoridades de la escuela, la violencia en la escuela, podría bajar su incidencia o hasta erradicarla.

De la misma forma los mismos estudiantes al estar informados, podrían estar más alerta a que estos hechos no se repitan en su escuela, y en caso de que se repita, podrán notificar a las autoridades de la escuela para que se tomen cartas en el asunto.

Por otro lado, las limitaciones de esta propuesta, será que no se les podrá obligar a los estudiantes el que asistan al taller, por lo cual, será difícil informar a toda la escuela acerca de esta problemática, sin embargo, la colaboración en conjunto de padres y autoridades del plantel se podría hacer que la participación de los alumnos sea más voluntaria y se pueda impartir a todos. Así mismo es probable que en la sesión en donde se platique con los alumnos que sufren violencia, pueda presentarse que algunos de ellos se sientan sensibilizados y empiecen a llorar. Al respecto los investigadores inicialmente les darán la indicación de que en caso de que llegue a presentarse, no debe de haber falta de respeto, y si el alumno se siente incómodo o quiere alejarse por un momento del grupo, lo pueden hacer; sin embargo los investigadores posteriormente le preguntarán si quiere seguir con la actividad o quiere hablar sobre una situación en específico.
Por otro lado, cabe la posibilidad que los alumnos no presten atención al taller brindado por ese motivo se tratará de realizar las actividades lo más dinámicas posibles involucrando la atención de todos, sin perder de vista el objetivo planteado.


4. CONCLUSIÓN

A partir de lo analizado en el artículo, podemos deducir que en la escuela preparatoria oficial Nº64 la violencia escolar en general no es tan frecuente, sin embargo considerando los resultados encontrados, la violencia física es la que mayor ocurrencia tiene en el plantel en el que se realizó la investigación, además de que en el género masculino fue donde más se observó, con lo cual se puede corroborar la hipótesis acerca de que entre hombres se vive más la violencia física que entre mujeres, este tipo de violencia debe ser erradicada desde sus inicios, ya que es la que mayor impacto tiene a corto plazo, y si no es eliminada, ésta podría irse agravando ocasionando que la víctima pare en el hospital o inclusive llegue hasta la muerte como ya ha sucedido en algunas ocasiones, que han sido tan graves las consecuencias que hasta se ha dado a conocer mediante los medios de comunicación; por ser uno de los tipos de violencia más agresivos, tienen que buscarse mecanismos de prevención, evitando su manifestación y propagación, lo cual puede prevenirse desde casa con la familia, brindándoles respeto y protección a los hijos, haciéndoles saber lo mucho que valen, y por supuesto esto también debe ser atendido desde el nivel básico educativo, que es donde más se vive la violencia escolar primaria y secundaria, lo cual se ha podido constatar con las diferentes investigaciones que se han realizado respecto a esta problemática; en lo que se refiere a la violencia verbal, podría quedar en un segundo plano dentro de esta institución; una sugerencia con respecto a esto podría ser, el prestar más atención al tipo de agresiones verbales que se están dando, con la intención de prevenir y/o disminuir las agresiones físicas que están ocurriendo dentro del ámbito educativo. En ocasiones la violencia verbal puede estar ligado a la violencia psicológica, ya que por medio de palabras el victimizador puede atacar el autoestima de la víctima, así como someterla a intimidaciones y amenazas, por lo que la víctima no se atreve a hablar de la situación de violencia por la que está atravesando, lo cual hace difícil el reconocimiento del papel de víctimas, así como de victimizadores; por lo que se necesita poner especial atención a este tipo de conductas, para poder ser identificadas y erradicadas.

Por lo que la institución debería prestar más atención a agresiones de éste tipo que puedan ocurrir en el ámbito educativo, y de esta manera disminuir la frecuencia de ellas, a través de la realización del taller elaborado, para que al mismo tiempo haya una disminución en los casos en donde se ejerce éste tipo de violencia. Es importante también conocer cuáles son las circunstancias que hace que los alumnos adopten el papel de agresores, víctimas o espectadores. Ya que si no se conocen las causas, ésta problemática puede ir incrementando conforme avanza el tiempo.

Finalmente cabe destacar que los datos obtenidos en esta investigación no se pueden generalizar ya que fue realizada en una población demasiado pequeña, además de ser datos recopilados en una sola institución en sus dos turnos, matutino y vespertino, por lo cual es necesario seguir investigando esta problemática, con una población más significativa, en donde los datos puedan ser generalizados de una mejor manera.


5. REFERENCIAS

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