Propósito
Esta investigación tuvo como propósito encontrar si es que existe una relación entre el nivel bajo de autoconcepto con un alto nivel de comportamiento problemático en niños de entre siete y nueve años de edad y con base en los resultados establecer una discusión sobre un programa preventivo a estas problemáticas.
Presentación de la problemática
El autoconcepto es una construcción psicosocial, resultado de mecanismos de aprendizaje que generan la auto-observación y una concepción sobre sí como individuo o como perteneciente a un grupo. El autoconcepto se puede ver reflejado en la socialización del niño, en su desempeño académico y en la forma en la que cuida de su persona; si un niño no tiene un nivel alto de autoconcepto podría presentar comportamientos problemáticos que es otra de las variables a investigar en dicho estudio. El comportamiento problemático es aquel que incluye conductas identificadas como inapropiadas que se presentan cuando las necesidades personales no son satisfechas o aceptadas por otros; se caracteriza por: largos periodos de silencio, falta de voluntad, así como rechazo a participar en las actividades escolares. La importancia de estudiar ambas variables (autoconcepto y comportamiento problemático) radica en el desarrollo propio y el desarrollo social del niño; en tanto el niño presente un autoconcepto alto le facilitara el relacionarse con los demás. Además de que está relacionada en una etapa crucial para el desarrollo social de los niños.
Presentación del problema específico
Identificar la construcción del autoconcepto y su nivel en niñas y niños de edades entre 7 y 9 años de la escuela Profesor Roberto Oropeza Nájera que presentan comportamientos problemáticos. Los niños que participaron son de 3° y 4° año, se tenía el reporte con la directora, por parte de las profesoras de que los niños presentaban ciertas conductas que no les permitía integrarse de manera adecuada al grupo tales como aislamiento, no participaban en clase, en ocasiones se mostraban indiferentes al responder por lo tanto se decidió aplicar el instrumento con dichos niños.
Perspectiva
El autoconcepto es entendido como una construcción de lo que el individuo percibe y valora de sí mismo, se conforma en el marco de diversas experiencias socio-culturales a lo largo de todo el ciclo vital (Clerici y García, 2010). Piers (1984) por ejemplo, define el autoconcepto como un set relativamente estable de actitudes descriptivas y también valorativas hacia el sí mismo. De tal forma que el autoconcepto como constructo comprende dimensiones cognitivas, afectivas y conductuales, que son importantes en el estudio de la psicología ya que cumple funciones referidas a la autorregulación de la conducta, la automotivación, la autoeficacia, etc.
Pero para entender cómo surge el autoconcepto debemos remontarnos hasta las primeras décadas del siglo XX donde Watson, desde el conductismo, aplicó la teoría del aprendizaje a la socialización. Y desde la perspectiva del psicoanálisis se destacó la importancia de las experiencias tempranas en el desarrollo subjetivo con la frase “infancia es destino” (Clerici y García, 2010). Esta teoría brindó los lineamientos para conceptos clave tales como la agresión, la angustia, la dependencia, el desarrollo moral, la configuración sexual, las experiencias formativas en la familia, y especialmente las implicancias de las relaciones tempranas para el desarrollo subjetivo.
A la vez que hay que entender que el proceso de subjetivación implica una dinámica particular donde el infante a la vez que se constituye como diferencia, se integra en la cultura a la que pertenece, adecuándose a los modos y contenidos de regulación social que le permitirán una activa socialización; todo esto por medio de pautas de crianza, entendiendo esta última como los comportamientos y actitudes de los padres en relación con sus hijos. Hoy en día se tiene que las emociones afectan tanto la autoestima como el autoconcepto del infante, por ejemplo, la ira es una de las emociones como respuesta a una baja autoestima y un nivel bajo de autoconcepto, además de ser la emoción que los niños experimentan con más frecuencia; pero cuando es de carácter permanente, el control podría ser una tarea difícil de intervenciones emocionales, convirtiéndose la agresión del niño en la escuela como un problema de gran peso en las últimas décadas (Ramin, Masoumeh y Sohrabi, 2013).
Tres tradiciones distintas en las ciencias sociales y psicológicas postulan una relación entre la baja autoestima y problemas de comportamiento:
· Rosenberg (1965) sugirió que la baja autoestima se debilita los vínculos con la sociedad.
· Rogers (1961) han argumentado que la falta de incondicional autoestima positiva está vinculada a problemas psicológicos, incluyendo la agresión.
· Los neo-freudianos también postula que la baja autoestima motiva la agresión.
Conjuntamente, Páramo (2008) argumenta que la identidad y el autoconcepto son construidos, no dados de manera natural, es decir, se forman a partir de las interacciones con nuestro ambiente. A pesar de que ambos conceptos se refieren a procesos diferentes, se construyen de manera interrelacionada. Por un lado, la identidad se refiere a aquello que hace que un individuo sea reconocible a los demás y se expresa en los ámbitos social y espacial, desde el rol que se adopta en distintas situaciones hasta las pertenencias con las que se identifican; y el autoconcepto, o self, se constituye por las características y comportamientos que hacen a un individuo reconocerse y describirse, a sí mismo y a otros, mediado por la cultura, instituciones, medios, etc.
Las experiencias a las que estamos expuestos, tienen la facultad de dar forma a un autoconcepto, identidad o autoestima positiva o negativa, dependiendo de la interpretación que cada individuo les otorgue. En el caso de los niños, pueden plantearse una serie de actividades que los involucren a desarrollarse de manera íntegra o para ayudarlos a sobrellevar condiciones adversas, tal como lo plantean los trabajos de Marashian y Sarraj (2012) y Park y Park (2015).
Relacionado al autoconcepto se encuentra el comportamiento problemático, este es entendido como todas aquellas conductas peligrosas, molestas o disruptivas para el propio sujeto o para los que le rodean, que impiden o dificultan el acceso de ese sujeto a programas educativos, al empleo o a actividades ocupacionales, o a su integración en la comunidad. El apoyo conductual no supone tanto elegir un determinado proceso de intervención, sino que más bien implica la construcción de un conjunto comprehensivo de procedimientos que incluyen cambios del contexto para hacer la conducta problemática ineficaz, y la manipulación de consecuencias para asegurar que la conducta adecuada se refuerce mejor y con más frecuencia. Un apoyo conductual efectivo no se dirige solamente a reducir las conductas problemáticas, además debe enseñar conductas adecuadas socialmente, hacer que los cambios sean estables, se generalicen a todas aquellas situaciones que la persona puede encontrarse y permita mejorar la calidad de vida (Carr; 1994 citado en Canal & Parras; 1996).
Para prevenir esto, los autores argumentan que la actividad física constante puede mejorar el autoconcepto de manera positiva en dichos niños, además de reducir en sentimiento de soledad, al impulsar el trabajo en conjunto, desarrollar amistades y relaciones de compañerismo, al igual que inspirar un sentimiento de júbilo, gracias a la producción de endorfinas. Sin embargo, también existen propuestas como la de Park y Park (2015) que consideran aspectos como la autocomprensión, las relaciones personales y el sentido de vida o mejora de competencias para alcanzar un nivel más alto de autoestima y sentido de pertenencia en niñas y niños de 10 y 11 años, quienes debido a las nuevas estructuras familiares (divorcios, familias monoparentales, etc.) habían demostrado comportamientos problemáticos en el ambiente escolar. La aplicación del programa no sólo tuvo el efecto esperado, sino que la demanda de los y las participantes exigía un asesoramiento psicopedagógico permanente, que trascendiera el programa para tratar asuntos personales y escolares.
Causas del problema
Como causas de la relación entre un nivel de autoconcepto bajo en relación con el comportamiento problemático se encuentran el estar y sentirse solos de los y las niñas, su poca asertividad para identificar y expresar sus emociones, así como situaciones que promueven la competencia. Lo anterior se entiende desde lo que plantean Clerici y García (2010) pues sin un contacto constante y estable con los integrantes de su entorno, la o el niño tendrá dificultades de construir un autoconcepto a partir de lo que otros perciben de él/ella, además de impedir o complicar su integración y comprensión de las prácticas de regulación social propias de su cultura (Ramin, Masoumeh y Sohrabi, 2013).
Al respecto, puede entenderse su efecto en el aspecto psicológico dado que las dimensiones cognitivas y afectivas también son afectadas (Piers, 1984).
Método
Se encuestó, con un instrumento en escala Likert de 50 reactivos midiendo el autoconcepto y las conductas problemáticas, a 13 niños de entre 7 y 9 años de 3ro. y 4to año de una escuela primaria pública llamada: Roberto Oropeza Najera, ubicada en la delegación Gustavo A. Madero, donde las condiciones económicas de esta colonia son en algunos niños muy bajas y en otros media, ya que la escuela está entre una zona bien establecida y está entre una de las colonias que cuenta con muy bajos recursos, por lo que se piensa que esto podría ser una variable que aporte al desarrollo de la investigación, que reportaron como niños con conductas problemáticas y con un autoconcepto bajo. Lo que nos dio pauta a creer que había una relación entre estas dos.
Obtención de datos
En este estudio se empleó un instrumento en escala Likert de 50 reactivos, ya que nos permite medir actitudes y conocer el grado de conformidad del encuestado con cualquier afirmación que le propongamos.Resulta especialmente útil emplearla en situaciones en las que queremos que la persona de su opinión. En este sentido, se muestran unas categorías de respuesta que nos servirán para capturar la intensidad de la importancia, valoración, probabilidad, frecuencia o sentimientos del encuestado hacia dicha afirmación. En esta ocasión el instrumento nos permitió medir actitudes características de un comportamiento problemático y conocer eficazmente el nivel de autoconcepto de 13 niños, que se reportaron con conductas características del comportamiento problemático en clase, de entre 7 y 9 años de edad.
Resultados
Figura 1- Autoconcepto y conductas problemáticas por sujeto
En la figura 1 se muestran los puntajes obtenidos por los niños de autoconcepto y de comportamientos problemáticos. Así como la interpretación de cada uno de estos valores en relación a una escala de valores que define el nivel de autoconcepto y nivel comportamientos problemáticos.
Figura 2- Puntajes y línea de tendencia de autoconcepto y conductas problemáticas por sujeto.
En la figura 2 se presentan los gráficos de cada sujeto de autoconcepto y de comportamientos problemáticos. Además de mostrar las líneas de tendencia que tiene cada variable en relación a los puntajes obtenidos.
Dados estos resultados, podemos percatarnos de que sólo dos alumnos presentaban una relación entre autoconcepto y conductas problemáticas. Empatando de forma negativa en las cuestiones de:
-Sé cuándo hago las cosas bien
-Me gusta como soy
-Me siento sol@
-Me siento menos cuando alguien me critica.
-Culpo a otros por mis errores.
-Siento decepción fácilmente.
-Necesito que me obliguen para realizar mis tareas.
-Paso mucho tiempo sol@
-Prefiero jugar sol@
Solución del caso
La propuesta consiste en diversos talleres y cursos informativos para padres, acerca de la importancia que tiene una buena relación con sus hijos, además de pasar con ellos, tiempo de calidad. Se les explicará a qué se refiere el autoconcepto, además de cómo la crianza y el trato que tienen hacia sus hijos influye en estos. En alguna de las sesiones, se invitará a los padres que lleven a sus hijos para realizar actividades integradoras con el fin de fomentar una mejor relación entre éstos. De igual manera, en la escuela se impartirán cursos y talleres a los niños, donde se les hablará de la importancia de tener una buena relación entre compañeros para lograr la inclusión de todos; el objetivo de estos talleres es precisamente incluir a los alumnos que presentan un autoconcepto negativo, ya que uno de los factores que tiene relación con los comportamientos problemáticos es que los niños se sientan excluidos. Por otro lado, también se reforzará el autoconcepto en los niños que presentasen un nivel positivo.
Aportaciones
Los cursos y talleres que se impartirán ayudarán a mejorar la construcción del autoconcepto en los niños que presenten un nivel negativo de este mediante la relación que se ha establecido con el comportamiento problemático, recordando que el comportamiento problemático se compone por aquellas conductas peligrosas, molestas o disruptivas para el propio sujeto o para los que le rodean, que impiden o dificultan el acceso de ese sujeto a programas educativos, al empleo o a actividades ocupacionales, o a su integración en la comunidad evitando que se presente o disminuyendo su presencia; es decir, se busca que los niños y las niñas estén más involucrados en las actividades que se realizan en las comunidades de las que forman parte, que cuenten con las habilidades y la seguridad para exponer su punto de vista o dudas, además de tener la disposición de colaborar y tener la mejor actitud no sólo para aprender de los demás sino también de aportar algo. De igual manera, se procurará reforzar a aquellos niños y niñas cuyo autoconcepto presente un nivel positivo.
Lo que se persigue principalmente es llevar a cabo un trabajo integral que contribuya al desarrollo y fortalecimiento de las relaciones afectivas entre hijos y padres, pues pretende que estos últimos reflexionen acerca de la calidad del tiempo y la atención que dedican a sus hijos y cómo esto puede prevenir que afecte directamente su crecimiento como persona. Ya que unas de las causas de la relación entre un nivel de autoconcepto bajo en relación con el comportamiento problemático se encuentra el estar y sentirse solos de los niños y las niñas, su poca asertividad para identificar y expresar sus emociones.
Discusión
Una de las limitantes que puede llegar a tener dicho curso/taller es la poca asistencia por parte de los padres, ya que si estos, al tener dificultades para designar un tiempo de calidad a sus hijos, es probable que no estén disponibles para asistir e interactuar un poco más con las dificultades de sus hijos. Como solución a esta desventaja se podría realizar el taller a una hora más accesible y en la que a la mayoría de los padres les sea posible asistir. O, en su defecto, que se lleve a cabo durante fines de semana para que los padres tengan tanto espacio como tiempo para convivir con sus hijos.
Otro factor a tomar en consideración es el modo en que se dirigirá a los niños, cuidando el vocabulario y cómo realizar las actividades para incluir a todos los niños, ya que al no ser claro o gratos con los infantes, pueden restringirse de participar en las actividades y/o no les presten atención.
Considerando ambas problemáticas, el reto más grande del proyecto es lograr que los niños y padres reflexionen acerca de lo impartido, que tenga un aprendizaje significativo acerca del tema y que se refuerce su autoconcepto a través de una convivencia más favorable y de mejor calidad.
La escuela en donde se llevó a cabo el estudio se encuentra en una zona en donde las condiciones económicas de esta colonia son en algunos niños muy bajas y en otros media, ya que la escuela se encuentra localizada entre una zona bien establecida y otra de muy bajos recursos, se piensa que esto podría ser una variable que influya en los resultados obtenidos.
A pesar de que los resultados no lograron demostrar que existe una relación entre la presentación del comportamiento definido como problemático y el autoconcepto negativo – a excepción de dos casos – no significa que no sea necesario prestarle atención. Considerando que es una muestra limitada, es relevante observar que pocos de los y las niñas entrevistadas demostraron tener un nivel bajo de conductas problemáticas; la mayoría osciló entre el nivel moderado – al igual que en el autoconcepto – donde no hubo un solo niño que presentara un autoconcepto totalmente positivo. Lo anterior resulta importante dado que demuestra la falta de atención que los y las niñas reciben - ya sea por padres o profesores - a esta edad, en cuanto a la construcción de sí como individuos y propicia que, a su vez, se demande de manera poco asertiva, como es la presentación de comportamientos problemáticos.
Esto se fundamenta en lo planteado por Ramin, Masoumeh y Sohrabi (2013) puesto que las emociones tienen un papel muy importante en la construcción del autoconcepto positivo, influyendo en el lugar que se le asigna al individuo como integrante de la sociedad y de su familia, desde las repercusiones de la estructura que mantiene como el establecimiento de comportamientos y actitudes por parte de los padres, que definen la relación con sus hijos.
Asimismo, se hace notar el papel activo del niño en las interacciones sociales puesto que la interacción con su ambiente no sólo tiene un efecto sobre él en cuanto al reconocimiento e idea que forma de sí sino que también éste tiene el poder de modificar o expresar las demandas que considere necesarias para llamar la atención de aquellos quienes pueden proveerlo de estas.
Es por esto que un trabajo en conjunto con los padres se consideró como una de las mejores perspectivas de afrontar dicha dificultad, pues no sólo compete al ámbito escolar sino también, y principalmente al familiar, donde el niño aprende y se define con base en sus relaciones afectivas; además de promover un mayor tiempo de convivencia y de mejor calidad entre padres e hijos.
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