PsicoEducativa: reflexiones y propuestas
Vol. 1, Núm. 1, 2015
El desarrollo del autoconcepto y el rendimiento académico
Karla Fernanda Amador Barragán (*)
Valeria Sofía Ángeles Esquivel (*)
Nancy Laura Contreras García (*)
Julio César Olvera Andrade (*)
*Estudiante de la carrera de Psicología de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala, UNAM
Cómo citar este texto: Amador, K. F., Ángeles, V. S., Contreras, N. L. y Olvera, J. C. (2015). El desarrollo del autoconcepto y el rendimiento académico. PsicoEducativa: reflexiones y propuestas, 1(1), 26-30.
RESUMEN
El interés científico del auto-concepto se debe al factor que tiene como constructo en el desarrollo integral, de las personas, en las distintas dimensiones y áreas del desarrollo.
El objetivo del presente trabajo es comprobar la asociación existente entre auto-concepto y su dimensión familiar con el rendimiento académico en alumnos de edad primaria de escuelas públicas. Así mismo, trata de justificar la importancia que tiene la posibilidad de crear ámbitos que favorezcan el desarrollo y la formación de un auto-concepto positivo en los niños. Para fortalecer la autoestima y el bienestar personal de los niños para incrementar el rendimiento escolar.
Palabras clave:autoestima, desarrollo, autoconcepto, desempeño académico.
1. INTRODUCCIÓN
Presentación de la problemática
En el desarrollo psicobiosocial de cualquier individuo, la familia juega un papel fundamental al ser la encargada de proporcionar a este nuevo individuo las bases para que éste tenga un desarrollo óptimo, cuidando siempre los factores de riesgo que acechan su desarrollo. Dentro de los factores de riesgo que amenazan este desarrollo, se encuentra la separación de los padres; esta situación ocasiona en el menor o menores afectados cambios y alteraciones al generar fluctuaciones en su comportamiento y estado de ánimo, así como inconvenientes tanto en la formación de autoestima y autoconcepto como en sus relaciones sociales. Por tanto, el objetivo de este trabajo es conocer las posibles alteraciones que ocasiona una situación como la separación y la forma en la que pueden contrarrestarse estos cambios. La investigación está en función del caso de un niño de 6 años de edad que cursa el segundo año de primaria y de quien se sospecha tiene un trastorno y déficit de atención e hiperactividad, debido a su comportamiento inadecuado. Sus padres están separados, y a pesar de no haber hablado con el participante, él se da cuenta de que ya no están juntos. No obstante, el participante no es capaz de cuestionar estas inquietudes acerca de sus padres. Además, presenta rechazo a la escuela debido a que es regañado por maestros y compañeros.
Presentación del problema específico
El participante es un niño de seis años de edad, hijo único de padres separados. Asiste a una escuela de tiempo completo. Reporta que no le gusta ir a la escuela y pide a sus papás que ya no lo lleven, les dice que la maestra siempre lo regaña, le pone notas malas y que sus compañeros de igual forma lo regañan. A el participante no le gusta trabajar en la escuela y cuando lo hace, su trabajo no es del agrado de su profesora, por lo que siempre tiene notas de “no trabajó” y como consecuencia es castigado. Una situación curiosa es que cuando trabaja en casa con sus papás siempre lo hace y correctamente. El niño dice que le da flojera trabajar en la escuela.
Sus padres, a pesar de estar separados siempre están al pendiente del participante y tienen un papel activo en su desarrollo. Cuando se trata del participante siempre están juntos; no obstante, no es del conocimiento del niño la separación de sus padres. Debido a que ambos padres trabajan, el participante convive con la familia materna (abuela, tíos y primos) y con su abuela paterna. Sus abuelas lo consienten demasiado. Cuando pasa tiempo con su abuela paterna, ésta siempre lo deja jugar con su Tablet y ver televisión el tiempo que él quiera.
La forma en la que el participante se relaciona con otras personas no es óptima, puesto que para el niño “jugar” es abrazar fuerte por el cuello, lastimando a las personas. Por este motivo en la escuela es rechazado por sus compañeros, además de que su desorden les molesta. Lo anterior es el motivo por el cual el participante acude a terapia psicológica en la Clínica Universitaria de Salud Integral (CUSI), en la Facultad de Estudios Superiores Iztacala.
2. MARCO CONCEPTUAL
Causas del problema
1. LA FAMILIA
La familia, según Palacios y Rodrigo (1998), es la unión de personas que comparten un proyecto vital de existencia en común. En este proyecto se generan fuertes sentimientos de pertenencia a dicho grupo, un compromiso personal entre ellos y se establecen relaciones de intimidad, reciprocidad y dependencia. En los niños la familia se conceptualiza como un todo, donde se establecen los vínculos más fuertes que comienzan a gestarse en etapas muy tempranas del desarrollo cuando hay ausencia de conciencia. Los hijos establecen con los padres, además de un vínculo afectivo fuerte, una relación muy dependiente medida por el instinto de supervivencia, teniendo en cuenta que si los niños llegaran a ser abandonados por sus padres y no encontrarán un adulto que ejerciera dicha función, simplemente morirían.
Desde un enfoque sistémico, la familia es un sistema compuesto por subsistemas, que son sus miembros, el cual permite el desarrollo de la identidad personal y autonomía de cada miembro que la forma; esto, está ligado a los vínculos familiares que intervienen en la relación autonomía-pertenencia. Como un grupo social, la familia debe cumplir tres funciones básicas que son: 1) la económica, 2) la biológica y educativa, y 3) la cultural.
Este enfoque aporta mucho en relación con la causalidad de los problemas familiares, debido a que el nexo existente entre los miembros de una familia es tan estrecho que la modificación en uno de sus integrantes provoca una modificación, en consecuencia, en toda la familia. De este modo, el enfoque sistémico permite analizar las pautas y reglas de interacción familiar recíproca; lo que llevará al centro de los conflictos familiares y por tanto a las causas de la disfunción familiar. Se cree que en el sistema familiar debe existir flexibilidad tanto de reglas como de roles para solucionar conflictos; así como una comunicación clara, coherente y afectiva que permita compartir los problemas. Otro aspecto esencial de la familia es su capacidad para adaptarse a los cambios por el hecho que constantemente debe afrontar dos tipos de tareas: 1) las de desarrollo, o bien ciclo vital y 2) las de enfrentamiento como las crisis familiares paranormativas.
De acuerdo con Sánchez (1984), la familia como institución permite, idealmente, la construcción equilibrada del niño y por lo tanto de la sociedad, pues en su proceso de maduración es necesario el contacto afectivo personal adecuado y los modelos de referencia con las imágenes sanas, tanto masculina como femenina que permiten la integración del individuo a la sociedad. Las familias, así como las instituciones sociales, se encuentran sometidas a un constante proceso de cambio y adaptación a nuevos modos de vida; por lo que se tiende a mutilar las relaciones sociales. Esto no significa que los niños no necesitan de los adultos para su formación, y los adultos de los niños para materializar el deseo de supervivencia que tiene el hombre.
Al ser un sistema sociocultural abierto, la familia se enfrenta a situaciones críticas inducidas por cambios biopsicosociales. De este modo, el sano funcionamiento de la familia requiere crisis que sean reconocidas y validadas por ella misma como problemas potenciales, a fin de poder ser resueltas favorablemente, por lo que al hacer referencia al término familiar funcional no se habla de algo estable y fijo, sino de un proceso constante de reajuste al que se somete una familia. Promoviendo un desarrollo favorable para todos los miembros. Con anterioridad se mencionó que existen dos cuestiones que se deben afrontar en todo sistema familiar: crisis normativas o de desarrollo y crisis paranormativas. En este sentido, las crisis paranormativas son experiencias adversas o inesperadas. Estas crisis se asocian con periodos de disfunción durante los cuales los miembros de la familia presentan dificultades en la comunicación y para la identificación de los recursos necesarios para resolverlas; como lo son el alcoholismo, actividades criminales o el divorcio o separación.
Se menciona que un elemento importante dentro de la dinámica familiar es la comunicación, ya que ésta permite que se puedan compartir los problemas e intentar solucionarlos. No obstante, en la actualidad la familia como institución se ha visto expuesta a múltiples cambios que implican la adaptación a nuevos estilos de vida. Cada día es más frecuente la separación y ruptura entre los padres, esta situación trae consigo una serie de consecuencias en los hijos que varían de acuerdo a aspectos tanto personales de los niños como de los padres, así como aspectos familiares, económicos y sociales. Ante una separación, el niño de una u otra forma se verá afectado; razón por la cual es necesario disminuir al máximo los factores de riesgo presentes en el entorno general del niño y fortalecer los factores protectores, de manera que se le facilite al niño transitar de la mejor forma posible el duelo por la pérdida de la unidad familiar así como su proceso de adaptación a la nueva dinámica familiar. Asimismo, la ruptura familiar propicia en el niño la aparición de una serie de sentimientos y pensamientos que pueden incidir en su vida personal, emocional y social actuando como factores de riesgo o de protección. Debido a ello, es de vital importancia que el anuncio acerca de la decisión de una separación por parte de los padres se comunique de la mejor manera posible para evitar una afectación en el proceso del desarrollo del niño o los niños implicados en la situación.
Las funciones parentales están orientadas a ofrecer las bases de la construcción de la personalidad de los hijos, con la que éstos se insertan en la sociedad, favoreciendo la mejor socialización posible, previendo sus dificultades, protegiéndolos, ofreciéndoles seguridad y fortaleciéndolos ante las dificultades que les supone realizar el camino de la autonomía personal, la necesaria emancipación. En este contexto se comprende la importancia de la comunicación a los hijos de la decisión de separarse, de tal manera que dicho anuncio altere lo menos posible el proceso de construcción de la identidad de los hijos, se prevea los posibles impactos negativos y ambos padres refuercen y conjunten la orientación y el ejercicio de sus funciones socializadoras en un proyecto común de estabilización.
2. DIVORCIO/ SEPARACIÓN
Es importante señalar que la función de la familia va más allá de sólo garantizar la supervivencia y el crecimiento físico de los hijos dado que es la principal promotora de su desarrollo social y afectivo. Sin embargo, el proveer la estabilidad afectiva y emocional requerida para el desarrollo infantil puede estar en riesgo por la separación o divorcio de los padres. Al respecto, es bien conocido que un gran porcentaje de ellos tiene una media de edad de seis años o menos en el momento de la ruptura, lo cual genera desajustes psicológicos a lo largo de su vida.
2.1 COPARENTALIDAD
Si bien es cierto que el divorcio disuelve el matrimonio, no lo hace con la familia; por tanto, la ex-pareja debe redefinir sus roles en un contexto caracterizado por la existencia de emociones intensas y contrapuestas. El conflicto parental y la no adaptación al divorcio empeoran la situación post-divorcio. Una relación de coparentalidad se define como aquella en la que los dos progenitores interaccionan positivamente, cooperan entre sí y mantienen una relación de apoyo mutuo centrada en la crianza de los hijos; estando ambos implicados activamente en las vidas de sus hijos. En el marco de las relaciones familiares post- divorcio, las diferentes perspectivas mantenidas por madres y padres, pueden dar lugar a conflictos en las relaciones de coparentalidad.
El conflicto entre los progenitores es uno de los factores que más afecta negativamente el ajuste de los hijos a la situación de divorcio. La edad, el nivel sociocultural y la edad del hijo son las características demográficas asociadas a una percepción de apoyo por parte de la ex-pareja. La influencia del tipo de apego en diversos aspectos del funcionamiento interpersonal de los adultos es reconocida; existen dos tipos: ansiedad y evitación. La dimensión de ansiedad se relaciona con la afectividad negativa y un menor nivel de adaptación al divorcio; además, está ligada a la percepción de conflicto o apoyo con la pareja. La evitación, por otro lado, no parece jugar ningún papel favorecedor de la coparentalidad. Papalia, Wendkos y Dusan (2001) afirman que la relación de pareja es uno de los principales factores para el eficaz desarrollo del niño teniendo en cuenta que para estructurar el clima emocional del niño no se necesita sólo la madre o sólo el padre, sino la cooperación de ambos en forma de equipo, pues la familia como unidad dinámica es la que proporciona al niño una de las bases principales para la salud.
2.2 ADAPTACIÓN DE LOS HIJOS
En hijos de padres divorciados o separados es más probable que se presenten problemas de adaptación. Los niños de familia monoparental a cargo de la madre presentan conducta agresiva, comportamiento antisocial, conducta delictiva y consumo de alcohol y drogas. Los hijos de hogares monoparentales es más probable que practiquen el absentismo escolar, tengan un menor rendimiento académico, presenten una menor motivación de logro y menos aspiraciones educativas. La aceptación familiar proporciona el contexto adecuado para que el niño adquiera las habilidades interpersonales y cognitivas necesarias para integrarse y permanecer en un grupo de iguales que valore los éxitos académicos. Los preescolares tienen menor capacidad para evaluar las causas y consecuencias, para afrontar las circunstancias estresantes y para utilizar los recursos extrafamiliares. Es más probable que experimenten ansiedad de abandono y autoinculpación. Inicialmente experimentan un trastorno profundo, conductas regresivas e intensa ansiedad por miedo al abandono. Dieciocho meses después, la mitad de los varones presenta más problemas que al principio. La emotividad negativa ante sucesos estresantes relacionados con el divorcio hace que el niño los perciba como más amenazantes y que opte por una estrategia de afrontamiento de evitación presentando mayor depresión y problemas de conducta. En el periodo inmediato a la separación se suele producir un deterioro de las prácticas de crianza, caracterizándose por la irritabilidad, coerción, menor afecto y control. La madre en un hogar monoparental dedica menos tiempo a la supervisión diaria del trabajo escolar del hijo. Las prácticas de crianza democráticas reducen en gran medida los efectos de los conflictos. La cooperación, el apoyo mutuo y la no confrontación entre los ex-cónyuges tienen efectos positivos en padres e hijos. Durante los dos años siguientes a la separación los hijos tienen más problemas; y si los ex-cónyuges mantienen cierto nivel de conflictividad, sus hijos están mejor adaptados. Se debe tener en cuenta que los hijos varones de hogares monoparentales con bajo nivel de conflictos presentan más problemas.
2.3 LA MEDIACIÓN FAMILIAR EN EL DIVORCIO
La mediación familiar se entiende como un método a través del cual se construyen puentes entre las partes que se encuentran en conflicto, generando capacidad de consenso. Asimismo, proporciona un espacio en el que puedan tener cabida todos aquellos temas sobre los que sus miembros deben tomar decisiones, tengan o no relevancia legal como son la custodia, visitas, régimen económico, etc.; integrando de forma armoniosa tales decisiones y las emociones asociadas a éstas.
Romero (2001) comenta que entre algunas virtudes que ofrece la mediación familiar subyacen dos de vital importancia:
1. La mediación familiar como ritual de la separación.
La mediación familiar actúa a modo de ritual de tránsito, es un método que ofrece a la pareja un adecuado tránsito a través del camino marcado por el conflicto, integrando de forma armoniosa las decisiones que las partes deben tomar, las emociones asociadas con ellas y los cambios de status y roles. Favorece a que la ruptura constituya un paso hacia adelante en el ciclo evolutivo de la familia y no un obstáculo insalvable para construir relaciones diferentes entre todos sus miembros y con el entorno de éstos. En la vida de cualquier matrimonio con hijos confluyen dos instituciones: la pareja parental y la pareja conyugal, anteponiéndose una a la otra en la vida cotidiana. Debido a esto, al producirse la separación, se origina una afección importante en las funciones parentales, como resultado del enfrentamiento entre la pareja conyugal. La mediación familiar permite realizar este tránsito desvinculando entre ambas instituciones y redefiniendo las relaciones de padres tal situación, integrando la antinomia que subyace con el fin de introducir “al hijo” como punto de interés entre ellos.
2. La mediación familiar y la reorganización familiar.
Toda familia tiene un orden interno, arropado por la cultura y la ideología dominante por el que se establecen vínculos que soportan las relaciones, se distribuyen zonas de poder entre sus miembros y se establecen normas, estatus y roles. De esta forma, la organización familiar realiza funciones especializadas y tareas en su interior, marcando la división y autonomía de sus miembros. Toda separación matrimonial supone un desajuste de esta jerarquía familiar; desfavoreciendo el desarrollo de cada miembro de la familia. Cuando la organización familiar persiste en mantener el orden en las relaciones que la ruptura conyugal ha perturbado, se cuestionan las reglas para el funcionamiento. Seguido a esto, se ingresa a un proceso de crisis y se produce desunión entre sus miembros y sistemas de exclusión.
El objetivo final de la mediación es ayudar a restablecer la organización familiar desde una nueva configuración, ofreciendo una nueva identidad familiar, con la que las figuras familiares adquieren nuevos significados respecto a la configuración familiar anterior. De esta forma se favorece el restablecimiento de las relaciones, aunque ello será desde un nuevo punto de partida.
Entre los adultos se pueden destacar dos posiciones: Considerar la separación como una solución a los conflictos, y en muchos casos, como una liberación del otro cónyuge conflictivo. Definir la separación, al menos por una de las partes, como una solución problemática no deseada, ya sea porque va en contra de las condiciones o intereses de una de las partes o porque va en contra de las actuales condiciones de los hijos; al estimarse que de esa forma su futuro experimentará importantes riesgos. Los hijos, por su parte, presienten la separación de sus padres como una amenaza a su futuro; es decir, como una rotura de su vida. En este estado de cosas se disparan en los niños un conjunto de reacciones que van desde el miedo a perder el amor de sus padres hasta las fabulaciones que construyen sobre éstos como son las posibles reconciliaciones, la vuelta a la situación anterior, etc.
3. NIÑEZ INTERMEDIA
3.1 AUTOCONCEPTO EN LOS INFANTES
La mayoría de los investigadores observan el autoconcepto como un aparato de actitudes estructuradas que son relativamente estables y características del individuo. Para Cook y Douglas (1998) el autoconcepto del niño representa las internalizaciones de percepciones significativas de otros: "como los otros me ven, yo construyo la imagen de mí mismo”. Esta definición sugiere que las interacciones del niño con sus padres influyen altamente en la concepción que tiene el niño de sí mismo. Interacciones dañinas con los padres tienden a disminuirlo. Por otro lado, Markus y Sentis (1982) describen al autoconcepto como un sistema de esquemas sobre el yo, basado en experiencias personales. Lifshitz (1975) propone que el autoconcepto de los niños se forma lentamente como resultado de comparaciones entre el niño y sus padres. A pesar de que hay varios acercamientos a la definición de autoconcepto, Demo (1992) propone una definición integrada que sustenta que el autoconcepto es un funcionamiento que está interrelacionado con lo biológico, el desarrollo y procesos sociales a través de patrones de interacción con otros y es modificado cuando niños y adultos desarrollan nuevas capacidades cognitivas intelectuales y confrontan nuevas demandas sociales.
3.2 SENTIMIENTOS Y PENSAMIENTOS DE LOS NIÑOS CON PADRES SEPARADOS
Con la separación de los padres la estructura familiar previa se modifica provocando en los niños sentimientos de soledad y temor respecto de lo que ocurrirá en su cotidianeidad y en el futuro (Capponi, 2003).
Ante una separación el niño es afectado, razón por la cual se hace necesario disminuir al máximo los factores de riesgo presentes en el entorno general del niño y fortalecer los factores protectores. De manera que se le facilite al niño transitar de la mejor forma posible el duelo por la pérdida de la unidad familiar y su proceso de adaptación al nuevo estilo de vida. La ruptura familiar propicia en el niño la aparición de una serie de sentimientos y pensamientos que pueden incidir en su vida personal, emocional y social, actuando como factores de riesgo o de protección.
Wallerstein y Blakeslee (1996) señalan a razón de la separación de los padres, que aquello que resulta conveniente para los adultos no necesariamente es favorable para los niños; debido a que ellos poseen sus propias creencias, sentimientos e ideas respecto a la separación de sus padres.
Con base en lo expuesto anteriormente, se descubre que la idea de separación o divorcio de los padres, genera en los menores sentimientos de frustración y de culpabilidad, así como otras cuestiones que afectan la concepción que el niño forma de sí mismo.
3. PLANTEAMIENTO
Solución del caso
Con base en la información recabada, se propone realizar una serie de entrevistas a los padres individualmente y al infante (el participante) para conocer la percepción que tiene acerca de la separación de sus padres. Asimismo, se propone una intervención con la que el niño pueda darse cuenta de esta situación en compañía, apoyo y buena comunicación de sus padres de tal forma que la transición de la situación de padres juntos a padres separados sea menos problemática y el autoconcepto sea óptimo para su desarrollo en los diferentes ámbitos de su vida. En cuanto a su rendimiento académico, se recomienda que continúe con su intervención psicológica en la CUSI, y que ésta sea coadyuvada por sus padres. Para la propuesta anterior se toma en cuenta la teoría y la información recabada en el proceso de la elaboración del caso, a saber:
· La mediación de la familia en el proceso del divorcio.
· La estigmatización de los problemas de rendimiento académico que tienen los niños que pasan por esta situación (separación de los padres).
· El papel de la comunicación familiar en el proceso.
· El autoconcepto que los niños suelen tener a esta edad.
En lo que refiere a las entrevistas, se propone iniciar con una entrevista distinta a la que se realizó al principio (ver anexo), para conocer la opinión del participante respecto a su situación familiar. Para ello, es importante realizar una aclaración: el participante no sabe que sus papás ya no mantienen una relación formal como a la que él estaba acostumbrado cuando era pequeño. Debido a esto, se podrían formular preguntas con las que él pueda comparar la relación de sus papás con la relación de los papás de sus compañeros, de sus amigos, de sus primos, etc. También se propone realizar preguntas a los padres respecto a la percepción que ellos tienen de su hijo, y las situaciones que lo llevarán, eventualmente, a ser un niño que crezca con padres separados; más importantes aún, cómo explicarían dicha situación al participante.
Por último, y con base en la literatura, se tratarán de encontrar los factores familiares que afectan al rendimiento escolar del participante; específicamente, aquellos relacionados con la relación de sus padres.
Aportaciones
El propósito inicial de este estudio era reportar las posibles diferencias que se hallarían en el autoconcepto del menor, antes y después de tener conocimiento de la separación de sus padres; a razón de que los padres lo harían a lo largo de un proceso terapéutico en la Clínica Universitaria de Salud Integral (CUSI). Sin embargo, durante este proceso, las situaciones de interés relacionadas con el infante les llevaron a dudar acerca de la separación. Finalmente, decidieron no separarse al preocuparles las situaciones en las que se encuentra el participante. Lo anterior, llevó a discutir acerca de cuál sería la forma más apropiada de continuar con el estudio. Se llegó a algunos acuerdos, pero existieron divergencias entre las opiniones que surgieron.
En cuanto a los puntos en común:
1. Se reconoció la disimilitud entre separación y divorcio, ya que las situaciones que ocurren en el seno familiar no distan entre una y otra. Esto, a fin de delimitar apropiadamente la situación familiar del participante.
2. También se continuó ponderando la importancia de conocer el autoconcepto del participante.
3. Finalmente se acordó que las entrevistas serían la vía por la cual podríamos dar cuenta de lo anterior, así como conocer su opinión respecto a la dinámica familiar.
Las divergencias entre las opiniones fueron las siguientes:
1. La conveniencia y posibilidad de realizar entrevistas a los padres del participante que ayudaran a conocer su estilo de crianza, así como los factores familiares que, de acuerdo a lo que ellos expresaron, ocasionan los problemas de conducta del participante, razón por la que acude a la CUSI.
2. Además de las entrevistas, el empleo de la terapia de juego centrada en el niño (como medio para recabar información, y no como intervención) como método para dar cuenta de cómo se percibe el niño dentro de su familia.
3. El abordaje de otros aspectos de la vida del participante, por ejemplo, su situación escolar, su rol como estudiante, y su relación con los compañeros de la escuela.
4. CONCLUSIÓN
Al haber realizado una sola entrevista y haberla dirigido exclusivamente a los padres del menor, se propone realizar una serie de entrevistas dirigidas tanto al infante como a los padres para obtener información acerca de la opinión que el infante tiene acerca de la situación. Respecto a la terapia de juego, se determinó que cualquier información obtenida a través de ella podría observarse a través de entrevistas, así que se descartó la idea. Profundizar en los aspectos familiares y escolares del participante, más allá de los que resultan de nuestro interés sería extensivo y quizá infructuoso, por lo que únicamente nos apegaríamos a lo que se obtuviera mediante las entrevistas. También es de vital importancia el estudio de este tipo de caso dadas las consecuencias que la separación de los padres pueda tener en el infante sobre su autoconcepto y desempeño en las distintas áreas de interés, como son la escuela y sus relaciones personales, así como la dinámica familiar a fin de que el niño pueda pasar por este tipo de situaciones afectando lo menos posible su desarrollo óptimo. En cuanto a la mediación familiar es uno de los temas más importantes de la investigación por la relación que existe entre: cómo los padres transmiten la decisión de separarse de sus hijos y la reacción del niño, ya sea positiva o negativa, ante tal situación.
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